Italia prohibirá las huelgas en el transporte público en el verano
Italia es un país que recibe turistas los 12 meses del año, pero así y todo, hay etapas especialmente álgidas sobre las que se concentran machaconamente las huelgas: los tres meses de verano. Un fenómeno que está a punto de desaparecer gracias a las nuevas reglas pactadas entre el ministro de Transportes, las empresas y una veintena de sindicatos del sector, que impondrán una especie de moratoria estival a la huelga entre el 21 de junio y el 21 de septiembre.La normativa está pendiente aún de los retoques finales y coronarán una tarea de mediación que se remonta al año pasado, cuando el titular de Transportes, Claudio Burlando, llegó a la conclusión de que el daño causado por la parálisis de los transportes públicos podía tener efectos catastróficos sobre el turismo, además de lesionar seriamente la imagen del Ejecutivo en el plano interno.
En 1996, las huelgas del sector del transporte representaron un 17% del total de las registradas en el país, lo que suponía, además, un aumento sobre el año anterior, en el que alcanzaron el 15,8% de los paros totales. La tendencia es al alza, aunque a menudo se trate de meras convocatorias que se disuelven después en la nada, causando, eso sí, un daño considerable al desorientar al usuario.
La nueva reglamentación prohibirá rotundamente la huelga en el plazo comprendido entre el 21 de junio y el 21 de septiembre y se intenta que entre en vigor este mismo año. A este largo periodo se añadirían algunas fechas definidas como de máxima movilidad, es decir Semana Santa y Navidades. En el protocolo final, que se redacta a marchas forzadas para lograr que entre en vigor este mismo verano, se recoge otra fórmula innovadora, la de la huelga virtual.
Es decir, una forma de protesta del trabajador con su empresa que no daña los intereses de los usuarios. Por ejemplo, una huelga virtual de los controladores aéreos se reduciría a un anuncio en la Prensa, pagado por el departamento responsable del control aéreo, en el que se explicarían los motivos de la acción laboral. Pero los controladores trabajarían igual, sin cobrar su salario, que iría a parar a un fondo especial.
