Ciutat Vella, vía Zúrich

Al Ayuntamiento de Valencia se le amontonan las grandes infraestructuras urbanas de la ciudad -aunque sólo sobre el papel- y las elecciones municipales de 1999 cada vez están más cerca. La alcaldesa, Rita Barberá, busca proyectos para acometer el Balcón al Mar de Valencia, toma ideas para la reforma de la plaza del Ayuntamiento o hace votos ante el Ministerio de Fomento de Rafael Arias Salgado para que el futuro Parque Central salga de su estado actual de hibernación antes del verano de 1999. Sin embargo, y pese a la parálisis de la mayoría de proyectos de reforma urbana planteados por el PP -baste recordar el retraso de la apertura de Blasco Ibañez al mar por El Cabanyal- la alcaldesa sigue abriendo frentes. El turno le ha llegado ahora al futuro de Ciutat Vella y especialmente al entorno de La Lonja. El Ayuntamiento de Valencia y la Universidad de Zúrich (Suiza), de la mano de la Fundación Tercer Milenio, han puesto en marcha un programa de colaboración sin ninguna dotación presupuestaria para llevar los proyectos a la realidad, por lo que la colaboración sólo servirá para poner en común ideas y sugerencias de futuro para el casco antiguo que ya tiene en el Plan Riva, en el que participa el Consell, a su principal motor de rehabilitación. La antigua escuela en la que se formó Santiago Calatrava lleva meses estudiando, de la mano de sus alumnos, iniciativas para "revitalizar desde el punto de vista económico y social una de las zonas que puede ser emergente en los próximos años; pero sin intención de intervenir en la política diaria de la ciudad", según dijo ayer el catedrático Herbert Kramel, que alabó las enormes expectativas de Ciutat Vella, a la que calificó como "una parte del futuro de esta ciudad que puede desarrollar cualidades especiales". Una colaboración desinteresada, pero que evita cualquier compromiso que obligue al Ayuntamiento a aplicar las propuestas que se hagan desde el ámbito universitario. Kramel mantuvo ayer una reunión con el concejal de Urbanismo, Miguel Domínguez. El profesor de la Politécnica suiza le habló de convertir Ciutat Vella "en una zona más habitable y con mayores prestaciones en cuanto a ocio y servicios"; debatieron sobre el tráfico y plantearon la posibilidad de eliminarlo de la zona que une el Mercado Central con La Lonja para convertirlo en un espacio peatonal. Esta propuesta, sin embargo, no es de ahora. Impedir el tráfico en Ciutat Vella es una recomendación que planteó hace pocos meses el gurú de tráfico Bernhard Winkler, como ha demandado para otras ciudades. Pese a las sugerencias y la buena voluntad mostrada ayer por Miguel Domínguez -"estamos abriendo espacios", dijo- el Ayuntamiento de Valencia ha olvidado restringir el tráfico en Ciutat Vella y así lo han denunciado en reiteradas ocasiones partidos políticos y asociaciones vecinales que apuestan, como el urbanista alemán, por peatonalizar la zona. El profesor de la Universidad de Zúrich hizo hincapié en que el barrio antiguo debe resolver "los pequeños problemas de la vida diaria" que, de abordarse, "pueden cambiar su fisonomía" y pidió que se acometan reformas "para la gente y no contra la gente".