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Medio centenar de encapuchados arrasan una calle de Rentería

Aurora Intxausti

Organizados y con cócteles mólotov en la mano, medio centenar de encapuchados intentaron arrasar el sábado Rentería (Guipúzcoa), destruyendo todo lo que encontraban en su camino. La Ertzaintza, cuya comisaría está situada a 500 metros del lugar donde se registraron los incidentes, no logró detener a ninguno de los atacantes. Los encapuchados lanzaron botellas incendiarias contra el Ayuntamiento y la estación de Euskotren. En Irún, un joven fue arrestado como presunto autor de la quema de un vehículo de un agente de policía.

En Zizur Mayor (Navarra), varios desconocidos arrojaron un cóctel mólotov contra el tejado de la vivienda del director general de Educación del Gobierno de Navarra, Santiago Arellano, que causó daños materiales. En el interior de la vivienda se encontraban Teresa Librada, esposa de Santiago Arellano, y su hija, que resultaron ilesas. "Es la primera vez que nos ocurre algo así, ya que nunca habíamos recibido amenazas", aseguró la mujer.Los sabotajes en Rentería se iniciaron poco después de las 22,30 horas del sábado. En Hernani y Oiartzun, otros grupos de violentos destrozaron un cajero automático de una entidad bancaria y una oficina de seguros. Dos agentes de la Guardia Municipal de Rentería se vieron obligados a abandonar el vehículo policial en el que se encontraban cuando vieron que se acercaban hacia ellos una veintena de encapuchados con artefactos incendiarios en la mano. Los agentes huyeron del coche segundos antes de que los cócteles que les arrojaron impactaran contra la chapa y los cristales del vehículo. Un guardia que acudió a socorrer a sus compañeros tuvo que retroceder sobre sus pasos cuando los encapuchados le arrojaron un artefacto que llegó a explotar en el suelo. El coche policial quedó totalmente destrozado.

Otro grupo de violentos, de mayor número que el anterior, se dirigió hacia el Ayuntamiento de Rentería y lanzó una lluvia de artefactos incendiarios contra la fachada. Algunos de éstos se adentraron en la sala capitular del Consistorio y causaron la quema de varios muebles. Los agresores atacaron también una sucursal de la Caja Laboral, arrojaron artefactos incendiarios contra una estación del tren de cercanías de Euskotren y destrozaron las lunas de un autobús urbano, al que pretendían prender fuego.

En Irún, un joven fue detenido por la Ertzaintza después de que dos personas incendiasen el vehículo particular de un agente de la policía nacional. El automóvil quedó totalmente calcinado. El suceso fue visto por varias personas que facilitaron los datos de los agresores a la Ertzaintza.

Poco después, agentes de la policía vasca detuvieron a un sospechoso que respondía a los datos ofrecidos por los testigos. A pesar de estos sabotajes, el vandalismo callejero en el País Vasco ha descendido considerablemente a lo largo de 1998, según el Departamento vasco de Interior. En los cuatro primeros meses del año, los grupos violentos han realizado 213 sabotajes, frente a los 642 que registrados en el mismo periodo de 1997. El número de personas detenidas por la Ertzaintza en relación a este tipo de sucesos ha registrado también un importante retroceso ya que, frente a las 283 que pasaron por dependencias policiales el pasado año, hasta ahora el número de personas arrestadas por violencia callejera ha sido 61.

La Consejería de Interior vasca explica el descenso en el número de sabotajes "por una mayor eficacia de la Ertzaintza ante este tipo de delincuencia callejera, un incremento de la colaboración ciudadana y a algunas críticas que han lanzado los propios dirigentes de Herri Batasuna a ese tipo de acciones".

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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