Reanimación del corazón de Málaga
,En una ciudad abierta y cambiante como Málaga, poca gente presume más de su origen y su identidad que los vecinos de La Trinidad y El Perchel. Estos barrios populares de callejuelas angostas, prácticamente secretos, imposibles de distinguir para quienes no pertenecen a ellos, han sido objeto del más ambicioso y controvertido proyecto de rehabilitación emprendido hasta ahora en Andalucía. Sacarlo adelante ha costado más de 20 años de discusiones y proyectos, casi 7.000 millones de pesetas y la lucha empecinada del movimiento vecinal y de la Dirección General de Arquitectura de la Junta. Amada y denostada a partes iguales, la obra prácticamente ha concluido. Los barrios de La Trinidad y El Perchel nacieron a finales del siglo XV. El primero era una zona de huertas que los Reyes Católicos ordenaron roturar y repartir entre los colonos cristianos tras la reconquista de Málaga y el segundo, un arrabal de pescadores. La revolución industrial de finales del XIX los convirtió en barrios obreros que fueron decayendo a lo largo de todo este siglo, pero que siempre mantuvieron una fuerte cohesión social y una identidad muy clara. "Los vecinos han sido los verdaderos artífices de la rehabilitación de La Trinidad y El Perchel", comenta el arquitecto Salvador Moreno Peralta, autor del proyecto. "Sin su lucha y sin el empecinamiento de la Dirección General de Arquitectura de la Junta, nunca hubiera salido adelante". El pistoletazo de salida para el cambio lo dieron los vecinos de La Trinidad en 1975, cuando se revolvieron contra la decisión del Ayuntamiento de abrir al tráfico la calle central del barrio. "En aquella época estaban muy recientes los desahucios de El Perchel. Muchos habitantes del barrio habían sido trasladados y había mucha especulación. Ellos se rebelaron contra esto y acudieron al Colegio de Arquitectos. El Colegio logró paralizar la apertura al tráfico y comenzó la redacción del proyecto pidiendo colaboración a los arquitectos más señeros de la época", cuenta Moreno Peralta. Lo peculiar de esta rehabilitación es que no sólo se cuidó el aspecto urbanístico, sino también la recuperación social del barrio. Un ejemplo del espíritu del plan es la restauración del Corralón de Santa Sofía, un proyecto de Moreno Peralta que ha sido exportado después a Europa y Latinoamérica. "La idea era solucionar el problema de las personas mayores del barrio. Dar una alternativa al modelo tradicional de las residencias de ancianos". El corralón está pensado para personas mayores que viven solas. Aparte de las 56 viviendas, tiene locales para un ambulatorio y diversos servicios para la tercera edad. Sin embargo, Moreno Peralta no está del todo satisfecho con el destino de su obra. "Está completa a medias, porque los servicios de asistencia social nunca llegaron a ponerse en marcha", se lamenta. El hecho de que la recuperación haya buscado mantener intacto el espíritu y la fisonomía de los barrios no ha satisfecho a todos por igual. Desde que comenzaron las primeras actuaciones, en 1981, se han alzado voces partidarias de un giro más radical. "Esto es como todo; tiene aciertos y fracasos", reconoce Moreno Peralta. Pero el proyecto ya es una realidad. Se ha actuado sobre 37.000 metros cuadrados de terreno. Se ha renovado el alcantarillado de la zona, los sistemas de abastecimiento de agua y electricidad. Se han pavimentado las calles y se han construido casi un millar de viviendas que albergan a más de 3.000 familias. "Nos quedan por terminar 300 viviendas, lo que supone una inversión de 2.000 millones para los próximos dos años, y después el proyecto estará terminado", asegura el consejero de Obras Públicas, Francisco Vallejo. "Pero lo más importante es que los vecinos han recuperado el espíritu de estos barrios, que estuvo a punto de perderse", concluye.
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