La única compañía española de ópera infantil estrena su segundo montaje
La llamada definitiva al ensayo general sorprende a dos niñas de 13 años trasteando encima del escenario. Las luces se apagan y cuando vuelven a encenderse se han transformado en Uberto y Serpina, los personajes protagonistas de La serva padrona, la ópera bufa de Pergolesi que la compañía de ópera infantil de San Sebastián de los Reyes estrena hoy, domingo, en el teatro auditorio Adolfo Marsillach de la localidad. Es el segundo trabajo de la única compañía de ópera infantil estable que existe en España.
La serva padrona, de Pergolesi
Compañía Infantil de Ópera y orquesta Jóvenes Músicos de San Sebastián de los Reyes. Domingo 17, a las 20.00 horas.Teatro Adolfo Marsillach. Avenida Baunatal, s/n. San Sebastián de los Reyes. Precio: 750 pesetas.
Los niños y niñas se transforman en actores, cantores y hasta en ocasiones bailarines, convirtiendo el escenario en su patio de juegos para dar a esta ópera, estrenada en 1733, un nuevo dinamismo escénico: "Se han incorporado personajes para que toda la compañía tome parte en el montaje", asegura Gabriela Ferrari, directora del grupo. Para ello se han ideado coreografías y nuevos personajes que complementan a los tres principales de la obra: Serpina, una criada mandona que trae por la calle de la amargura a Uberto, su pobre señor, y al criado mudo que siempre se encuentra atrapado entre sus discusiones."Esta ópera ha supuesto un gran trabajo, tanto lírico como dramático, para los niños. Es dinámica y hay mucho movimiento, por lo que la compañía ha tenido que dar un paso más en su preparación con respecto a su primer montaje", comenta la directora comparando este nuevo espectáculo con el montaje del año pasado: Bastian y Bastiana, de Mozart. "En esta obra hay que hacer muchas cosas a la vez. Hay muchas posibilidades de acción y lo gestual es muy importante. Mozart hay que hacerlo muy bien, pero es mucho más estático y obliga menos a actuar", asegura Ferrari.
La ópera contiene partes actuadas y declamadas que unen las siete arias cantadas totalmente en español, gracias a la traducción realizada por Ferrari. Cada acto comienza con una coreografía en la que participa casi toda la compañía: "Aunque con la traducción se puede perder algo del encanto del idioma original, es fundamental si se quiere acercar la ópera a los niños y jóvenes".
"Nos gusta actuar y nos gusta cantar", asegura Estrella, la niña de 13 años que interpreta a Serpina. "Nos sale bien porque hemos trabajado mucho y porque nos divertimos cantando y saliendo a escena". Como otras de sus compañeras, Estrella cantaba en el coro municipal hasta que el pasado año se realizaron las pruebas que sirvieron para formar la compañía: "Todo cuesta un poco. Es difícil, hay que trabajarlo todo, el texto y las canciones, pero se puede conseguir", dice la joven intérprete.
La frescura no sólo la aportan los ocho niños y niñas, ninguno mayor de 14 años, que pueblan el escenario durante la representación. La música está interpretada por la orquesta de Jóvenes Músicos del Teatro Adolfo Marsillach, que, bajo la batuta del director Rolando de Piaggi, acompañará a los cantores infantiles a lo largo de las representaciones
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