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Cuerda se reserva el derecho de elegir las "txosnas" en las fiestas de la capital alavesa

La instalación de las txosnas durante las fiestas de La Blanca en Vitoria se realizará mediante concurso público, aunque el alcalde, el peneuvista José Ángel Cuerda, tendrá la última palabra para decidir cuáles y dónde se instalan. Este asunto motivó una crisis en el Ayuntamiento el año pasado que acabó con la expulsión del PSE-EE del equipo de gobierno. Los socialistas, ahora en la oposición, ven en el decreto una "operación de maquillaje".

Las polémicas txosnas de Vitoria apenas incluirán cambios este año respecto a las fiestas de La Blanca del año pasado, cuando sirvieron como punto de partida para la última gran crisis municipal. La misma ubicación -la calle Luis Heinz, detrás de la catedral nueva-, el mismo número -23-, los mismos criterios políticos -participación abierta a cualquier partido o asociaciones afines-. Incluso su funcionamiento se regirá, de nuevo, mediante un decreto de la alcaldía. Sólo que este año José Ángel Cuerda se ha anticipado en dos meses en la toma de decisiones y ha instrumentado una posibilidad para que aquellas asociaciones que deseen instalarse en el recinto se presenten a un concurso público durante lo que queda del mes de mayo. Si el número de peticiones sobrepasa las 23 casetas se constituirá una comisión "de valoración" entre todos los solicitantes y el concejal Pedro Elósegui se encargará de decidir cuáles quedan fuera y cómo se reparte el espacio. En caso de que no haya acuerdo, el alcalde se ha reservado la potestad de tomar una decisión "mediante un sorteo o con la fórmula que se decida", comentó Cuerda. Esta vez, añadió, se exigirá a cada agrupación "las mismas normas sanitarias e higiénicas" que a cualquier otro establecimiento hostelero de la ciudad, además de un seguro. También deberán disponer de personalidad jurídica propia o, en caso contrario, estar avaladas por otra asociación que sí la tenga con el fin de que exista la "posibilidad de asumir responsabilidades". No obstante, el alcalde admitió que esto no tiene por qué evitar los incidentes de años anteriores, como la quema de la oficina de turismo. "Esto tiene poco que ver con la personalidad jurídica de las txosnas. Si hay alguien que quiere montar un número lo montará", confesó. Apoyo reticente de UA Cuerda animó a que grupos deportivos, políticos y sociales se sumen a la solicitud de casetas para conseguir un "espacio normalizado", aunque intuye que este año "no habrá un aluvión de peticiones". Su socio de gobierno, Unidad Alavesa (UA), respaldó la decisión del alcalde, aunque no comparte la ubicación -prefiere llevar las txosnas a las afueras- ni su contenido político. "Nos hubiera gustado que no hubiera partidos", señaló ayer el teniente de alcalde, José Antonio Pizarro, quien avisó también que aquellas organizaciones que no pagaron los impuestos por instalar las casetas en las anteriores fiestas no recibirán la licencia este año. Los socialistas, expulsados del gobierno municipal el pasado 1 de agosto justamente por la polémica desatada sobre este asunto, fueron bastante más críticos. El concejal Andrés Sánchez calificó el decreto de la alcaldía de "operación de maquillaje". En su opinión, las txosnas seguirán politizadas en torno a asociaciones abertzales. Criticó que Cuerda no haya informado aún de su decisión a los grupos políticos del Ayuntamiento. "Va a volver a hacer lo mismo que el año pasado", censuró. "¿Cómo es posible que vayan a valoran quiénes se instalan y quiénes no los mismos implicados? No se puede ser juez y parte".

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