La candidatura de Cristina Almeida divide a los socialistas madrileños

El secretario general de la Federación Socialista Madrileña (FSM), Jaime Lissavetzky, superó ayer el primer obstáculo al convencer a la comisión ejecutiva de la bondad del preacuerdo con Nueva Izquierda para presentar juntos a Cristina Almeida como candidata para la Comunidad de Madrid. Ahora espera contar con la colaboración de ese órgano de dirección para convencer desde hoy y hasta el próximo 24 de mayo a los 634 miembros del comité regional, que son los que tienen la última palabra. Si dan su aprobación, no habrá primarias para la Comunidad. Sí las habrá para el Ayuntamiento, para el que ya ha anunciado su candidatura Joaquín Leguina.Pero las primeras voces en contra ya se han hecho escuchar con fuerza. Izquierda Socialista y otros grupos anunciaron ayer que apoyarán al ex consejero de Sanidad Pedro Sabando.

El tenor de los enfados es de distinta naturaleza. Para unos es una cuestión de forma y su enojo procede de haber conocido por la prensa este pacto "de cúpulas". Este sector probablemente no pondrá demasiadas dificultades para dar el sí.

Otro grupo, cercano al ex presidente de la FSM José Acosta, que en el último congreso obtuvo el 43% de los votos, observa en este movimiento un intento de asestar un golpe de muerte a las primarias. Lissavetzky, conocedor del revuelo que surca su federación, ha señalado: "Las elecciones primarias no son un fin en sí mismo, sino un instrumento para elegir al mejor candidato, y creemos que con Almeida se suma el voto de muchos progresistas". Lissavetzky tiene razón en cuanto a que los enojados salvan personal y políticamente a Almeida.

En este contexto se sitúa el dirigente de Izquierda Socialista Manuel de la Rocha. "Siento estupor por el hecho de que no vaya a haber primarias para la Comunidad y por que el aparato se dedique a apoyar a Joaquín Leguina". De la Rocha proclama su "amistad" y "aprecio político" hacia Almeida.