El Atlético arregla la temporada

, Antic se salió con la suya. Llevó a su equipo a Europa haciendo valer, como los grandes autócratas, el principio de autoridad. No le importó dejar a Vieri en Madrid, con el capacho repleto de goles, nada menos que 24 chicharrillos. Ahí estaba Andrei, autor del gol europeo, para hacer olvidar al ariete italiano.Sin embargo, la sombra tanto de Vieri como de Kiko, el otro gran ausente, sobrevoló sobre El Sardinero. El Atlético marcó en el primer minuto de juego, pero el resto del tiempo se olvidó casi por completo de disparar a puerta. José Mari, en la segunda parte, perdonó por dos veces solo ante el meta Marcos. Sólo la disciplinada laboriosidad, exenta de cualquier exquisitez, de Aguilera, Andrei y Vizcaíno, sirvió para mantener al Atlético con ventaja en el juego y en el marcador.

López de la Fuente, árbitro de la contienda, sufrió de una manera especial el efecto de la niebla que se cernía sobre El Sardinero. No percibió, la bruma borraba el contorno de las cosas, un derribo de Alberto dentro del área, y se olvidó se señalar unas cuantas faltas. En la primera mitad, la dureza del Atlético se enseñoreó del partido.

Sus defensas se emplearon con una contundencia fronteriza de la violencia. En los minutos 6, 8 y 9 vieron tarjetas amarillas sus jugadores Andrei, Geli y Santi. Sin embargo, estas sanciones no produjeron el efecto intimidatorio que se le supone.

Los primeros 45 minutos, el juego se vio interrumpido continuamente por las faltas cometidas. No había otro argumento mejor que una violencia subterránea que minaba todos los fundamentos del buen fútbol.

Nando Yosu, artífice de la salvación del Racing, trazó sobre el papel el dibujo más audaz de la temporada. No jugándose nada en el envite, se lo jugó todo. Alineó a tres delanteros en punta: Correa, Betschastnykh y Alberto. El técnico cántabro tiró la casa por la ventana. Pero falló Correa, el Vieri del Racing.

El jugador uruguayo no pudo demostrar que fue menospreciado en el Atlético por Antic. Falto de inspiración, dominado por los nervios, Correa no fue el jugador desequilibrante de otros partidos. Cuando Yosu quiso recomponer el dibujo táctico, dando entrada a dos jugadores creativos en la zona medular, Arpón y Conte, ya era demasiado tarde.

El Atlético se había sentado en su defensa y resultaba imposible sorprenderle. Sin embargo, una pared entre Correa y Arpón, dentro del área rojiblanca, dio con el jugador riojano en los suelos. Parecía penalti, pero López de la Fuente no lo señaló.

En cualquier caso, a pesar de la derrota, no fue la noche de las caras largas ni mucho menos. El público se divirtió de lo lindo antes del partido y después del encuentro se dirigió a la playa a presenciar los juegos artificiales. La permanencia del Racing en primera categoría por sexto año consecutivo, colmó todas las ambiciones de los aficionados. Las del Atlético, otra vez en Europa, también. Aun sin Kiko y Vieri, los grandes ausentes de ayer.