Sol, "top less" y sequía
Para empezar, mucho sol y mucho top-less . Los 70.000 habitantes de Cannes comenzaron ayer a sufrir la avalancha de unos 100.000 visitantes, de ellos al menos 25.000 señoritas espléndidas (muchas sin la parte de arriba del bañador). Junto a ellas, pululaban ya a mediodía por las playas y las calles centenares de operarios, policías, bomberos, camarógrafos chinos, promotores rubios, chicos bien alimentados enseñando el resultado . A la vez, unos 5.000 periodistas iban tomando contacto con la cosa. Como diría Woody Allen, aquí da la impresión de que hasta los camareros tienen camareros y resulta complicado fumar (el Marlboro cuesta 700 pesetas), ir en taxi (cinco minutos 2.500) o tomarse un café (500 sin agua, 700 con).Hoy, a las 19.30, arranca el festival y los franceses esperan que esta 51ª edición suponga el fin de una sequía que dura ya 12 años. Desde 1987 los anfitriones no se han comido una rosca y las esperanzas están puestas en Patrice Chéreau, el director de La reina Margot. De momento el programa de hoy promete una delicia fuera de concurso: Lulú on the bridge, el debú tras las cámaras del escritor Paul Auster.