El PSOE advierte de que el Congreso examina hoy a Aznar y no a Borrell

El PSOE ha decidido que su candidato, José Borrell, ya ha ganado el debate del estado de la Nación pues considera que el Gobierno ha realizado una mala gestión este año, del que se somete a examen. "Es el debate del estado de la nación, no del estado de la oposición", repetía el portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, horas antes de la cita parlamentaria. El candidato se reunió ayer dos veces con el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, para intercambiar puntos de vista sobre lo que deben ser las líneas maestras de su discurso. La tarde la dedicaron a lo que llamaron "temas de Estado", sobre todo, al terrorismo.

El candidato socialista ha estado concentrado en los últimos días preparando borradores de su discurso con la colaboración de los portavoces parlamentarios de las distintas áreas y con los miembros de la Permanente de la Comisión Ejecutiva Federal socialista.En este partido se han juramentado para no decir una sola palabra de las que expondrá hoy el candidato a la presidencia del Gobierno en nombre del PSOE, José Borrell. Tan sólo se transmite que el Gobierno va a salir "mal parado" si lleva adelante su intención de sacar a relucir declaraciones y actuaciones políticas de su candidato a lo largo de su vida institucional queriendo poner el énfasis en los aspectos más radicales o en fallos de gestión.

Los interlocutores socialistas dan por sentado que Borrell tiene la réplica preparada. No parece que el político socialista vaya a satisfacer los deseos de sus adversarios, que quieren encontrar en él un dirigente demasiado a la izquierda como para contar con la confianza de las clases medias que, a juicio de todos los partidos, son las que dan a una fuerza política la mayoría suficiente para gobernar.

Solvencia

El candidato se considera fuerte en materia económica en general y en asuntos tributarios, en particular, por lo que en ese terreno se extenderá. En otras materias ha acumulado en estos días material suficiente como para hacer un discurso que le dé imagen de solvencia.Lo cierto es que el Grupo Parlamentario Socialista y la Ejecutiva federal se han volcado en prestarle su colaboración. En una semana se ha reunido tres veces con la Permanente de la Ejecutiva, la última ayer mismo, y ha tenido dos encuentros a solas con el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia. Ayer, antes de la reunión de la Permanente por la mañana, y otra a última hora de la tarde. Borrell y Almunia perfilaron lo que suele denominarse "temas de Estado". Terrorismo, política exterior, justicia y Estado autonómico son las parcelas en las que el secretario general y el candidato han trabajado mano a mano.

"Aznar debería estar preocupado porque si pierde este debate, que lo va a perder, se encontrará en una situación incómoda", dijo ayer el portavoz del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba. "Este es el debate del estado de la Nación y no del estado de la oposición; el examinado es Aznar y no Borrell", insistía Pérez Rubalcaba.

Si los dirigentes de este partido se han conjurado para no dar a conocer el discurso de Borrell, también lo han hecho para defender a su candidato antes y después del debate. "Si lo gana, magnífico, y si no lo gana, será porque ha tenido poco tiempo y ha podido tener un mal día", señaló un miembro de la Ejecutiva ensayando lo que será el discurso oficial si Borrell cumple o no las expectativas despertadas.

Colaboración

El método de trabajo de Borrell en estos días de preparación del debate sobre el estado de la Nación empezó de forma un tanto caótica y ha ido racionalizándose. En un primer momento, llovieron sobre la mesa de trabajo del candidato decenas y decenas de carpetas que le iban suministrando del grupo parlamentario y de la Ejecutiva. Después, se ha encerrado en solitario y ha ido perfilando un hilo conductor para su discurso. En las últimas horas le ha ayudado el portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, y los habituales colaboradores de Joaquín Almunia, muy duchos en la elaboración de discursos de política general.El candidato aprovechará parcialmente los discursos que le han entregado dado que tiene costumbre de redactarse a sí mismo sus parlamentos, según confirman antiguos colaboradores de su etapa de ministro.

A pesar de estar acostumbrado a los debates, Borrell sabe que todos los focos están puestos en su persona y reconoce su temor "a no estar a la altura de las expectativas que se han abierto", ha dicho a sus compañeros. De momento, está recibiendo muestras de apoyo y de solidaridad haga lo que haga.