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Redondo Terreros exige al PNV que abandone su práctica política "fraudulenta". Redondo aspira a que tras el 25-O Euskadi y sus instituciones dejen de ser feudo del nacionalismo

El candidato a lehendakari de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, pidió ayer expresamente al PNV que abandone su práctica política "fraudulenta" de presentarse ante sus electores con un programa y de aventar tras los comicios discursos autodeterministas e independentistas. En el acto de proclamación del candidato socialista, celebrado ayer en el teatro Arriaga de Bilbao, Redondo Terreros remarcó que con su candidatura comienza una nueva etapa en el socialismo vasco. Una etapa en la que, "sin renunciar al pasado ni a la estrategia" pactista desarrollada por los dos anteriores candidatos -Txiki Benegas y Ramón Jáuregui-, se pretende romper con la idea de que los socialistas no pueden ganar las elecciones autonómicas en Euskadi. "Tenemos vocación de ser partido mayoritario", proclamó solemne el líder del PSE, delante de las dos personas que han pilotado el socialismo vasco desde los años 80. Con igual rotundidad aventuró que si los postulados básicos del programa que presentará el PSE-EE a los electores no quedan reflejados en un pacto de Gobierno en caso de no ganar las elecciones, los socialistas se quedarán "en la oposición, influyendo en el Gobierno desde la oposición". A juicio de Redondo Terreros, "no merece la pena estar" en el próximo Gobierno vasco si el eje básico de la acción del nuevo Ejecutivo que arrojen las urnas el 25 de octubre próximo no pivota entre las políticas contra el paro y una estrategia clara en materia de pacificación. Redondo soñó ayer con que tras los comicios Euskadi y sus instituciones "dejen de ser nacionalistas". El candidato socialista estuvo apoyado por el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, por buena parte de la Ejecutiva, por representantes del socialismo riojano, gallego, navarro, castellano, por responsables de la UGT y, en la distancia y a través de la magia de la tecnología, por el también ganador en las primarias, José Borrell.Redondo Terreros se juega mucho en las elecciones autonómicas del 25 de octubre. Y ayer se conjuró ante centenares de militantes y simpatizantes con su "compromiso solemne en el Arriaga" Tras haber superado el listón de las primarias y estrenado la nueva ilusión que recorre la casas del pueblo, el candidato a lehendakari por el PSE cree que ha llegado la hora de que en Euskadi se produzca lo que pasó en España el 28 de octubre de 1982, cuando el discurso del cambio que encarnaba Felipe González ilusionó a más de 10 millones de españoles. En esa nueva etapa, Redondo incluso apostó por abrir el partido a los independientes. El secretario general de los socialistas vascos, presentado en el vídeo de precampaña como una persona "radical a favor del cambio tranquilo", parafraseó a Manuel Azaña para asegurar que, al igual que el presidente republicano dijo en el Congreso que España había "dejado de ser católica", a él le "gustaría decir el 25-O que Euskadi ha dejado de ser nacionalista". "No estoy diciendo que vayan a desaparecer", precisó; "sólo aspiro a que las instituciones, que Euskadi no tenga esa definición ideológica". "Intolerancia y fascismo" Pidió claridad al PNV en su discurso, que no vuelva a hacer "fraude electoral" y que diga a los electores si apuesta por la vía estatutaria y acata la Constitución. "Quiero saber lo que piensa de España", dijo, y si el nuevo presidente vasco irá al Senado al debate de las autonomía. "Yo si quiero ir", agregó, en alusión a la negativa de José Antonio Ardanza a acudir a ese foro. El secretario general del PSE animó a los nacionalistas, "ahora que han descubierto Europa", a no crear una "nueva leyenda", una "realidad virtual" de Euskadi como la estella numero 16 en la UE. Y les recordó que "dentro del Estatuto y de la Constitución se pueden resolver la inmensa mayoría de los problemas". Fuera de todo eso y de los acuerdos básicos del Pacto de Ajuria Enea -"también el punto 10", dijo- sólo hay "intolerancia, fascismo y barbarie". El candidato socialista, ya sin chaqueta tras haber pedido permiso a los militantes para quitársela, reconoció que la situación generada por la violencia es "muy difícil", en este caso para los ediles del PP. En un tono tranquilizador, les dijo: "Deben saber que tienen nuestra mano tendida, nuestras casas del pueblo y nuestra organización a su disposición". Por todo ello, defendió el consenso alcanzado en julio por el Pacto de AjuriaEnea tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, en el que con toda claridad se llamaba "cómplices" del asesinato a HB. Y no el plan Ardanza, que a su juicio no forma parte del acervo de la Mesa y además "parece que impide convocar la Mesa". Acto seguido se preguntó, mirando de reojo al PNV: "¿Si ETA no ha cambiado, por qué tenemos que cambiar nosotros?. Nosotros tenemos que estar con con la ley, el Estatuto y la Constitución en la mano y no con los nacionalistas, viendo expectativas donde no las hay". Pero, sobre todo, lo que defendió ayer el candidato fue la idea de avanzar hacia la normalidad en Euskadi y de "democratizar el debate político de este país" para sacarlo del monocultivo del terrorismo.

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