"En ocasiones falta sensibilidad para entender la pintura"
El artista Ramón Zuriarrain (San Sebastián, 1948) expone en la Galería Altxerri de la capital guipuzcoana (Reina Regente, 2) una selección de sus óleos y acuarelas pintados a lo largo de los dos últimos años. Presenta al espectador una serie de paisajes inquietantes, árboles o ríos inventados, que le sirven de pretexto para indagar en el misterio de la propia acción de pintar. Sólo ocasionalmente se detiene en la figura humana. La exposición muestra a un pintor alejado de sus primeros trabajos figurativos y centrado preferentemente en la abstracción. Pregunta. ¿Cómo explica su evolución desde lo figurativo a lo abstracto? Respuesta. Uno siempre piensa que su evolución es una consecuencia lógica de tantos años de dedicación a la pintura. Antes trabajaba en cuadros más dibujados, insistía más en buscar una evolución de las formas que hoy me sale más espontánea. Ahora me encuentro más suelto, más alegre pintando y éste es el reflejo. P. Pero, ¿qué es lo que le atrae de la indefinición del arte abstracto? R. He derivado en esa forma de pintar. Pero a mí lo que me interesa es la pintura en sí, como materia, como química, como gesto. El hecho de que el resultado sea abstracto o no, no es lo que más me preocupa. A veces las mismas formas definen cosas que en realidad no existen, que parecen un paisaje o un río. Pero eso es un pretexto para pintar. P. ¿Entonces por qué muestra esa preferencia por la naturaleza, en detrimento de lo humano? R. Porque la naturaleza es más libre y me permite a mí más libertad a la hora de pintar. P. Sus paisajes son inventados ¿Por qué ha pintado algunos al natural, si luego no se ajustan a la realidad? R. Lo que pretendía al trabajar en la naturaleza, más que pintar lo que veía era chupar la energía del lugar en el que estaba. Muchas veces te inspiras en un pequeño detalle, que te da una visión global del espacio, como ocurre al encender un mechero por la noche. Tienes que poner la fuerza en ello en el menor tiempo posible, para que cuaje, se redondee y se convierta en un bloque. Siempre he pensado que a esto le llamaría carpet. Hasta que consigo un cuadro que es carpet no me quedo satisfecho. P. ¿Y qué significa esa palabra para usted? R. Me resulta difícil explicarlo. Es cuando el cuadro en sí tiene su propia autonomía, cuando puede prescindir de mí y de todos los elementos que confluyen en él están lo suficientemente equilibrados dentro del desequilibrio, para que no caiga para un lado o para el otro. P. ¿Cree realmente en la autonomía de una obra respecto a su autor? R. Pienso que a veces sí, que en ocasiones el cuadro se pinta solo; aunque necesite de tu ayuda en cierta manera se pinta solo. P. ¿Le preocupa que el espectador no entienda sus cuadros? R. No. Siempre habrá gente a la que le pueda impactar o a la que no le diga nada. Pero eso ocurre aunque sea un cuadro figurativo. Es un problema de estar acostumbrado a ver y a mirar las obras. La pintura siempre ha tenido un público minoritario, mucho más que otras artes, como la música. P. ¿A qué lo achaca? R. La música se escucha en la radio, en todas partes, llega a tí allá donde estés. En cambio, si quieres ver pintura primero tienes que desplazarte a los sitios en los que se expone. Tienes que viajar de algún modo: detenerte a ver museos, exposiciones. Y el ojo tiene que acostumbrarse a ese lenguaje. Además, a mucha gente sólo le interesa lo que es reconocible. P. ¿Por qué? R. Creo que a veces falta sensibilidad para entender la pintura. Hay personas que quieren que se lo den todo hecho, pero uno siempre tiene que poner de su parte si quiere disfrutar de las cosas. Un cuadro de Kandinsky, por ejemplo, te exige prestar gran atención, tienes que implicarte. Parecerá una cosa anodina y puramente decorativa cuando no lo es. Tiene un energía ahí dentro que es una explosión permanente, pero para captarlo tienes que querer entrar en él, si no, no hay nada que hacer. P. ¿Cree en los límites entre las diferentes manifestaciones artísticas? R. Hay algunas muy relacionadas entre sí. La pintura y la música son muy similares; las notas son colores y los silencios, espacios. La escultura es más cercana que la arquitectura, pero si la hago yo, me gusta que tenga alguna utilidad. P. Entonces, ¿pinta el cuadro por la pura estética o quiere transmitir con él un mensaje? R. Busco algo que impacte, aunque el espectador no sepa por qué. Quiero que tenga una magia a ojos del público. P. ¿Se puede aprender a pintar? R. Se puede aprender la técnica, tener conocimientos de dibujo, pero si no tienes algo más es difícil hacer llegar la magia al espectador. Hay gente que es totalmente nula.
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