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TENIS

Albert Costa logra su primer "supernueve"

El leridano se impuso a un Corretja agotado en Hamburgo

Lo que todo el mundo esperaba se produjo en Hamburgo. La ascensión de Albert Costa a la lista de ganadores de un torneo supernueve no podía ya retrasarse mucho más tiempo. Y ayer, en Hamburgo, logró un triunfo que sin duda marcará su carrera.Lo consiguió de una forma un tanto extraña: salvó dos bolas de partido en su primer encuentro contra el ucranio Andréi Medvedev y luego se benefició de una lesión del checo Karol Kucera en las semifinales y de la retirada por agotamiento de Àlex Corretja en la final. Pero nada de eso puede enturbiar su éxito. Para que esas circunstancias se produzcan hay que estar ahí. Y esta vez Costa estuvo.

«Estoy contento», confesó el jugador tras alzar el trofeo de campeón. «Salvé dos bolas de partido en la primera ronda y ahora estoy aquí como ganador. Ha sido un torneo extraño pero importante para mí. El primer día me dolía la espalda y tuve que sobreponerme. Hoy me sentí muy cómodo en la pista. Así es el tenis, aunque lo siento por Àlex», agregó.

Corretja, que tuvo que disputar dos partidos el jueves y después tuvo compromisos muy complicados en los días siguientes, llegó a la final muy cansado. Costa le ganó las dos primeras mangas por 6-2 y 6-0, y vio luego cómo Corretja optaba por abandonar con 1-0 en contra en la tercera manga. «Lo siento mucho», dijo Àlex. «El público me apoyó durante la semana, pero ya por la mañana me percaté de que no estaba bien. Cuando me di cuenta de que no podía seguir, decidí que no tenía sentido agonizar por la pista». La carrera de Albert Costa, de 23 años, puede dar un vuelco espectacular a partir de este momento. Desde que explotó en 1995 con un triunfo impresionante sobre Thomas Muster en la final de Kitzbuhel, donde rompió una racha consecutiva de 24 victorias en tierra batida del austriaco, se pensó en él como un probable ganador de Roland Garros. Su progresión no se frenó. Pero sus éxitos habían quedado circunscritos a un torneo tan especial para él como el Godó (1997) y a otros cinco de segunda fila (Kitzbuhel, Gstaad, San Marino, Bournemouth y Marbella). Era un buen palmarés, pero le faltaba una guinda, un torneo supernueve.

«Eso no era algo que nos preocupara especialmente», explicó ayer por teléfono Lorenzo Fargas, entrenador de Albert Costa. «Albert está jugando a un gran nivel y sabíamos que era sólo una cuestión de tiempo y de tranquilidad. Es cierto que en algunos momentos estuvo tenso porque parecía tener prisa para que llegaran los resultados, pero todo trabajo requiere su tiempo. Y Albert ha ido madurando como jugador y como persona», agregó.

Esta temporada había alcanzado los cuartos de final en Sidney, Scottsdale y Estoril. No era un mal bagaje teniendo en cuenta que había perdido casi siempre contra grandes jugadores, como Agassi, Moyà o Muster, pero todo el mundo -incluido él mismo- esperaba mucho más de su juego. Ahora el título de Hamburgo no sólo le dará confianza en sus posibilidades, sino mucha tranquilidad con vistas a los torneos de Roma, que comienzan hoy, y de Roland Garros, en el que tiene puestas muchas ilusiones.

Por otra parte, la suiza Martina Hingis se impuso por 6-3, 2-6, 6-3 en 1 hora y 44 minutos a Venus Williams en la final del torneo de Roma. La española Virginia Ruano y la argentina Paola Suárez ganaron la prueba de dobles al imponerse sorprendentemente a Arantxa y Coetzer por 7-6, (7-1), 6-4.

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