Contra la explotación laboral infantil
En la marcha mundial contra la explotación laboral infantil vienen niños de Manila, Ciudad del Cabo, Río de Janeiro, en representación de los 250 millones de niños que trabajan en todo el mundo; marchan hacia Ginebra para participar en la conferencia anual de la OIT que se celebrará en junio.Los rostros de estos niños se quedan en nuestras retinas. Son rostros de niños-adultos que ya saben lo duro que es trabajar de sol a sol cosiendo balones, haciendo alfombras, picando piedra o padeciendo el turismo sexual. Vienen pidiendo solidaridad; quieren que todos nos concienciemos de las causas que ocasionan este grave problema. Que por parte de las multinacionales está en el deseo de grandes beneficios con mínimos costes. El salario de un niño es mucho menor que el de un adulto. Los niños son más dóciles y sus pequeñas y delicadas manos más apropiadas para algunos trabajos.
Los Estados no llevan a la práctica las leyes que prohíben el trabajo de los niños, los políticos están a las órdenes del mercado. Los sindicatos se muestran impotentes ante el problema. Y todos nosotros, con nuestro silencio y comodidad, somos cómplices. Estos niños no saben lo que es un ambiente familiar, ir al colegio, leer un cuento, jugar con los amigos... lo cual tendrá graves consecuencias en su desarrollo personal. ¿Seremos capaces de mirarles a la cara y leer lo que nos piden?
Exijamos a los Gobiernos que pongan en marcha las medidas propuestas en la Conferencia de Oslo (octubre de 1997) sobre la protección a la infancia. Denunciemos, hagamos boicot a los productos fabricados por niños en las multinacionales. Cambiemos nuestras formas de vida.-
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