_
_
_
_

Un avión aterriza de emergencia en Barajas al arder uno de sus motores

El vuelo número 8544 de Iberia, que cubre el trayecto entre Madrid y Pamplona, aterrizó anoche de emergencia en Barajas al arder uno de sus dos motores de hélice en pleno vuelo. El aparato, un Fokker, se vio obligado a regresar al aeropuerto alrededor de las 22.30, unos 15 minutos después de su despegue, según informó Adriana Huarte, de 51 años, una de las 45 personas que formaban el pasaje. Un portavoz del aeródromo confirmó el incidente e informó de que el aparato se vio obligado a tomar tierra con sólo uno de sus dos motores en funcionamiento. Anoche se desconocían las causas de la avería. No hubo que lamentar ningún herido.Adriana Huarte definió la situación vivida por los pasajeros como "un enorme susto que hizo que nos quedáramos congelados". Según esta pasajera, el avión tenía prevista su salida para las 21.40, pero la llamada de embarque no se produjo hasta las 22.15. Cuando llegaron al aparato, los viajeros recibieron un comunicado de Iberia en el que se les informaba de un cambio de avión. La aeronave disponible pertenecía a la compañía Air Nostrum (operada por Iberia), llevaba tripulación italiana y era un Fokker de 45 plazas.

"Era una tartana, una carraca, tenía una pinta que daba miedo", señaló Huarte, muy molesta por todo lo sucedido. Después de elevarse el aparato, "con mucho ruido y dando la impresión de que no subía", se encendieron las luces de cabina y las azafatas comenzaron a servir los refrigerios, siempre según el relato de la pasajera. Transcurrido un cuarto de hora desde el despegue, "se escuchó el ruido de una explosión, el ala derecha comenzó a humear y a echar fuego, y la hélice de ese lado se paró". La tripulación comunicó a los pasajeros que volvían a Barajas "por razones técnicas". "Yo iba en el lado izquierdo", prosigue Huarte, "y, como era ya de noche, del lado derecho se veía un resplandor rojo que entraba por las ventanas".

"Sofocón horrible"

El regreso fue, según la viajera, "horrible". "Todos los que íbamos en el avión, que iba lleno, estábamos aterrados. Fue un sofocón horrible. Piensas cualquier cosa. Cuando íbamos a aterrizar, observamos que nos estaba esperando un camión de bomberos, que nos siguió durante todo el recorrido por la pista".

Una vez en el aeropuerto, añade Huarte, "una señorita nos ofreció las siguientes alternativas: un autobús que nos llevaría hasta Pamplona, un vuelo al día siguiente, pasando la noche en un hotel, o bien la devolución del dinero del pasaje". Un abogado que iba en el avión tomó nota de todos los nombres de los viajeros para preparar una reclamación conjunta.

En el comunicado que Iberia dio a los viajeros antes de subir al avión se garantizaba un servicio igual al que la compañía dispensa en sus aparatos. Pero, según Adriana, "la diferencia era como entre un BMW y un 600".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_