El patinete
Pronto los patinadores podrán circular por las aceras de Madrid. Una alegación presentada por la Unión General de Trabajadores a la nueva ordenanza de circulación del Ayuntamiento de la capital permitirá a los que calcen ruedas moverse entre los peatones sin necesidad de jugarse la vida con los coches. La novedad afecta también a los ciclistas, aunque tanto ellos como los patinadores tendrán que circular a paso de persona cuando se salgan de las calzadas. Una pequeña variación en la norma que puede provocar cambios considerables en el paisaje urbano. Cuando la ordenanza esté aprobada, el viandante no podrá abroncar a los que le disputen en bici el espacio de las aceras siempre que el que la conduzca tenga la habilidad de mantener el equilibrio sobre ella rodando al mismo paso de un ser humano.Con los patines tampoco es fácil ir al mismo ritmo que un caminante, aunque la norma no aclara si la velocidad de referencia es la de un anciano de 90 años o la de Carl Lewis. Cuando se trata de la convivencia, todo lo que tenga de ambigüedad un reglamento en la práctica se traduce después en conflictos, y la nueva ordenanza de Circulación se presta a demasiados equívocos. El más grave es el de la carga y descarga. La nueva ordenanza prohíbe realizar esta operación "cuando se halle próximo un espacio reservado para esta tarea". ¿Próximo? ¿Como cuánto de próximo? El conductor siempre interpretará el término a su favor y hará lo que más le convenga. Cuenta para ello con otro párrafo como aliado, el que dispone que "si la zona reservada estuviera ocupada por otros vehículos indebidamente estacionados, no se sancionará a quienes realicen la carga y descarga junto a ellos". Dicho de otra forma, si el de la furgoneta no encuentra un hueco puede plantarse en doble fila a hacer la faena tan ricamente. Es cierto que el apartado termina con el condicionante de "siempre que no se cause perturbación en la circulación", pero esa expresión resulta igualmente indeterminada.
Tres cuartos de lo mismo sucede con la normativa sobre recogida de contenedores, cuyo borrador inicial provocó meses atrás la rebelión del gremio de escombreros. Se prohíbe en principio transportar, recoger y depositar la carga entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche, aunque el artículo no se aplicará hasta que se efectúe una regulación exclusiva de la carga y la descarga, reservándose mientras tanto el Ayuntamiento la posibilidad de aplicar la limitación en determinados casos. O sea, de momento, nada de nada. Tampoco queda muy nítida, que digamos, la norma para el resto de los camiones que sobrepasen los cinco metros y medio, cuyos movimientos estarán condicionados entre las 12.00 y las 21.00 en el centro de la ciudad, si bien, de manera transitoria y hasta el 2004, parece que admitirán los de seis metros. Un lío más, en definitiva, que propiciará el incumplimiento de la ordenanza como venía ocurriendo con la hasta ahora vigente.
El tráfico en Madrid es caótico y el desmadre en la carga y descarga tiene mucho que ver con ello. Aquí cualquiera se permite el lujo de parar su camioneta y montar la doble fila colapsando la calle mientras deja unos paquetes. En las callejuelas del centro es frecuente que las taponen por completo con absoluta naturalidad espetando a los desesperados que han de soportarlo que "ellos están trabajando", como si los demás fueran al baile. Aunque no el único, semejante proceder es sin duda uno de los más claros y trascendentales exponentes de la indisciplina viaria que reina en la capital. El principio de autoridad está perdido y la inconcreción de esta nueva norma no permitirá recuperarlo. La que ahora se plantea es una ordenanza de circulación cobarde como lo fueron las de otros Gobiernos municipales que no tuvieron agallas para aplicar unos preceptos racionales y rigurosos. La situación en Madrid está pidiendo a gritos una ordenanza que ignore las mil y una presiones que siempre ejercen los sectores sociales y económicos a los que escuece cualquier reglamento que trate de poner algo de orden al tráfico en la ciudad. De no salir mejorada en el pleno municipal, la nueva norma apenas servirá para regular el uso del patinete.
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