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38 muertos y decenas de desaparecidos en Italia por una gigantesca avalancha de fango

La actividad ilegal de decenas de clanes de la Camorra que han llenado la región de Campania, en el suroeste de Italia y con capital en Nápoles, de urbanizaciones salvajes, produjo en la noche del martes horror y muerte en toda la zona, al provocar una avalancha de fango de proporciones gigantescas. Cientos de toneladas de tierra, desplazada de la montaña sin vegetación por las lluvias continuas de los últimos días, y convertida en fango, engulló edificios, destruyó carreteras e instalaciones públicas, causando 38 muertos, 71 desaparecidos y más de un millar de personas sin casa. El Gobierno italiano ha destinado ya más de 4.500 millones de pesetas para hacer frente a la catástrofe.

Horas después de que el equipo de médicos y enfermeras del hospital Villa Malta, de Sarno, una pequeña localidad de la provincia de Salerno, próxima a la ladera de la montaña de la que partió el aluvión, reclamara a las autoridades sanitarias la evacuación del centro, una masa gigantesca de lodo engulló el edificio. Cinco personas, médicos y enfermeras del centro todos ellos, quedaron sepultadas por la avalancha, que se llevó por delante la escalera interna. Una de las enfermeras, Matilde, de 46 años, contaba entre sollozos cómo de improviso, mientras realizaban una intervención de ortopedia, el fango les había invadido, dejándoles semienterrados en un hoyo de unos seis metros de profundidad. Un compañero la ayudó a escapar, relativamente ilesa, con sólo un brazo roto. Sarno, que posee el río más contaminado de Europa, es una de las localidades más golpeadas por el desastre. En esta pequeña ciudad de unos 4.000 habitantes hubo 13 muertos, entre ellos una joven madre y sus tres hijos, y unas 700 personas quedaron a la intemperie.Desde el presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, hasta el secretario general del partido Democrático de Izquierda, Massimo D"Alema, todas las figuras políticas del país tuvieron palabras de con- dolencia para las víctimas del desastre y de autocrítica por la falta de acción contundente de las distintas instancias de gobierno para prevenir lo ocurrido. La alarma de que una avalancha de fango como la que se precipitó sobre la Campania podía producirse en cualquier momento había sido dada ya el pasado día 2 sin que nadie tomara medidas enérgicas. Pero además, desde hace años, grupos ecologistas y miembros del Partido Verde, representado en el Parlamento, venían denunciando la insostenible situación de la Campania, que tiene a Nápoles como capital.

Es una región donde funcionan decenas de clanes de la Camorra dedicados a la construcción ilegal. El año pasado se registraron más de 6.000 infracciones a la ley que regula la construcción sin que la policía haya sido capaz de detener la escalada urbanizadora. «Pagamos años de incuria», declaró con amargura Massimo D"Alema ayer, al comprobar los datos de la tragedia. Antonio Siniscalchi, alcalde de Quindici, otro pueblo afectado por el aluvión, denunció que el peligro era evidente desde hace tiempo en una zona ya golpeada por otras riadas: «Durante meses he recurrido al Gobierno del país, al de la región, a la Fiscalía de la República, sin ningún resultado».

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