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Cuando el orgasmo cotiza en Bolsa

Viagra, la píldora del sexo que arrasa en EE UU y se agota en Andorra

Se trataba de solucionar un problema que afecta a 30 millones de estadounidenses . Y en las tres últimas semanas, algunos de ellos lo han visto resuelto con inusitada facilidad, al menos aparentemente. Una multinacional farmacéutica, Pfizer, ha puesto a la venta unas tabletas que eliminan la impotencia y amenazan con convertirse en el medicamento del decenio.Viagra, que tal es su nombre comercial -una contracción de vigor y Niágara- , promete a los hombres con problemas de impotencia una erección sin necesidad de inyecciones ni supositorios, tan sólo tomando una pastilla media hora antes del acto sexual.

Su puesta a la venta ha provocado en Estados Unidos una auténtica fiebre que empieza a calar en Europa. El pasado miércoles las farmacias de Andorra iniciaron la importación y venta de este producto. Viagra está casi agotado en muchas de las farmacias andorranas.

El éxito del medicamento no ha pillado desprevenidos a los farmacéuticos de Andorra: durante los últimos años han saboreado las mieles de ser un país situado dentro de Europa pero sin estar sujeto a las reglas de juego europeas. Han importado y vendido diversas medicaciones con licencias americanas antes que sus competidores españoles y franceses. Los facultativos españoles han recetado medicamentos de tecnología punta para supe rar el mal de Alzheimer -el A-17-, el sida y otras enfermedades que han sido comprados en Andorra sin problemas mucho antes de su comercialización en España. Por su parte, los consumidores españoles y franceses han podido comprar sin receta productos y específicos, como la melatonina y los anabolizantes para desarrollar musculatura, que era imposible encontrar en sus países. Pero, a pesar de todo, los farmacéuticos todavía no se creen el revuelo que ha levantado Viagra. Josep Anton Montané, presidente del Colegio de Farmacéuticos andorrano, se muestra desbordado por el interés que ha despertado. «Imaginamos que es por el tema», dice. El producto se ha vendido sobre todo a españoles (España no autorizará su comercialización hasta finales de año).

No todas las farmacias tienen Viagra. La importación acaba de empezar y no se hace en grandes cantidades, tal como puntualiza Carmen Pallarés, responsable de control de medicamentos del Ministerio de Sanidad andorrano: «Cada farmacia importa sus propios específicos y depende de las necesidades de cada cual». Lo curioso es que los especialistas en urología de Andorra no lo recetan. Así que, si algún paciente con disfunciones en la erección codicia secretamente el placer que puede proporcionarle Viagra, deberá ir a un médico español para obtener la receta.

La clientela potencial de España merece respeto, puesto que 2,5 millones de españoles sufren impotencia. El principio del sildenafenil, en cantidades de 25,5 o 100 miligramos, está indicado en dosis de una tableta diaria como máximo, según recomendación del laboratorio. Para conseguir el efecto deseado, la pastilla debe ser ingerida entre un mínimo de media hora y un máximo de cuatro antes del acto sexual. La evidente ventaja respecto a otros tratamientos es que sólo surte efecto si existe excitación sexual. La pastilla garantiza la erección en el 80% de los casos si el origen de la disfunción es psicológico y en el 60% de los provocados por cuestiones físicas. Pero tiene efectos secundarios: puede provocar dolor de cabeza, diarrea, molestias gástricas e hipersensibilidad a la luz, amén de modificar la percepción de los colores azul y verde.

La empresa que fabrica el medicamento cotiza en Bolsa, y se prevé una sensible mejora de sus posiciones. Más de un avispado ya está buscando acciones de Viagra.

La Academia Americana de Oftalmología advirtió ayer que tomar Viagra puede afectar a la retina y hacer que el paciente lo vea todo de color azulado, informa Juan Cavestany. A través de un comunicado, los oftalmólogos de Estados Unidos aseguran que «ver el mundo teñido de azul puede ser molesto», y piden que se estudien más a fondo los efectos secundarios a largo plazo del nuevo medicamento. Esta alteración visual se ha registrado en un número muy reducido de usuarios y dura unas cuatro o cinco horas.

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