El Congreso pide a Cascos su correspondencia con Amedo siempre que no viole su intimidad
El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, tendrá que remitir al Congreso la correspondencia que haya podido mantener con el expolicía José Amedo o cualquiera de sus abogados. Así lo acordó ayer la Mesa de la Cámara, según fuentes parlamentarias, al admitir la solicitud del diputado socialista Jesús Caldera, con la apostilla de que debe respetarse el derecho a la intimidad. La Mesa no facilitó ayer información sobre sus acuerdos por ausencia de su portavoz. Caldera declaró ayer que la apostilla referida a la intimidad no tiene precedentes y trata de dar cobertura a Álvarez Cascos para que justifique su posible negativa a enviar los documentos.
El grupo socialista -a través de su secretario general, Jesús Caldera, que actuó como portavoz- advirtió a Álvarez Cascos, durante su comparecencia el pasado día 22 ante la Comisión Constitucional, que exigiría el envío a la Cámara de la correspondencia que hubiera mantenido, ya como vicepresidente del Gobierno, con el expolicía Amedo y sus abogados.En aquella sesión, el PSOE pretendía que Álvarez Cascos admitiese que mantuvo al menos una reunión con Amedo y su abogado, Jorge Manrique, en el despacho del director de El Mundo, Pedro J.Ramírez, en diciembre de 1994, y que allí adquirió compromisos para conceder el indulto a Amedo y a su compañero Michel Domínguez, condenados por el caso GAL, si cambiaban su declaración inicial y acusaban a dirigentes socialistas ante el juez Baltasar Garzón.
Eso fue precisamente lo que ocurrió días después de aquel encuentro, y para los socialistas es la prueba de que Álvarez Cascos urdió parte de la trama conspirativa contra el PSOE.
Álvarez Cascos negó solemnemente haber adquirido cualquier compromiso para cuando llegase al Gobierno, pero Caldera avisó de que su grupo sabe que existen cartas, probablemente del propio Amedo a Álvarez Cascos, exigiéndole el cumplimiento de los compromisos que adquirió cuando era diputado de la oposición. Caldera acusó al vicepresidente Cascos de comprar voluntades por este procedimiento.
La semana pasada, la Mesa del Congreso estudió la petición del diputado socialista, pero decidió dejarla sin resolver y pedir un informe jurídico a la secretaría general de la Cámara. Ayer se decidió aceptar la petición del diputado Caldera, pero con la apostilla de que habrá de respetar los derechos constitucionales que afectan a la intimidad de las personas.
Esa apostilla provocó que votasen en contra de los términos del acuerdo los diputados socialistas de la Mesa, José Beviá y Carmen del Campo, así como el diputado de IU Pedro Antonio Ríos. A favor del acuerdo votaron el presidente, Federico Trillo, el vicepresidente primero, Enrique Fernández-Miranda y la secretaria de la Mesa María Bernarda Barrios - los tres del PP- así como Joxe Joan González de Txabarri, del PNV.
Los representantes del PSOE y de IU argumentaron, al parecer, que no existe cobertura legal de ningún tipo para esa exigencia de respeto a la intimidad y que, en todo caso, debe ser Álvarez Cascos quien haga las alegaciones necesarias en defensa de sus derechos constitucionales, en caso de que crea que pueden vulnerarse
Nadie dio cuenta de este asunto al no celebrarse la habitual rueda de prensa para informar de lo tratado, por ausencia del portavoz de la Mesa, el diputado de CiU Josep López de Lerma.
Una salida para Cascos
Caldera declaró ayer que, en su opinión, "la decisión del órgano rector del Congreso no tiene precedentes y supone calificar una petición limitando los derechos que otorga el Reglamento del Congreso a un diputado para solicitar documentos que obran en poder de la Administración Pública".Según Caldera, el Reglamento sólo ampara el secreto oficial o bien exige a la Administración que exponga las razones "fundadas en derecho" que le impiden facilitar un documento pedido por un diputado.
En opinión del diputado socialista, los términos del acuerdo "ofrecen al vicepresidente una cobertura para justificar que no satisface la demanda de correspondencia".
Además, se preguntó: "¿Qué intimidad cabe ante la exigencia que le hacen por escrito a Álvarez Cascos del cumplimiento de un compromiso político de tanta envergadura como son las medidas de gracia y que compromete al Gobierno actual?".
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