La represión de la marcha argelina de 1961 en París causó 32 muertos

La represión policial de la manifestación de argelinos celebrada el 17 de octubre de 1961 en París causó la muerte de al menos 32 personas, según el informe emitido por el consejero de Estado francés Dieudonné Mandelkern. El informe, encargado por el primer ministro Lionel Jospin tras las informaciones y publicaciones que cifraban el número de víctimas en varios centenares, ha tropezado con el obstáculo insalvable que supone la destrucción de buena parte de los archivos policiales de la época.

A falta de una información completa de la documentación policial, el autor del mencionado informe adelanta la cifra de 32 muertos como hipótesis, si bien su investigación parece descartar que el número de manifesantes muertos por la policía sea el apuntado en los libros publicados sobre el tema en los últimos años. «El balance de esta represión muy dura, no puede ser establecido con seguridad», reconoce Dieudonné Mandelkern, tras señalar que la cifra de víctimas ha sido establecida a partir del registro de entrada del Instituto Médico Legal de la época, «la fuente administrativa más completa y más fiable», señala en el documento. El nuevo informe eja en todo caso en evidencia la cifra oficial de 7 víctimas mortales mantenida imperturbablemente a lo largo de estas décadas por la Administración francesa. La apertura de los archivos y el inicio de la investigación se ordenó por el primer ministro Lionel Jospin después de que la polémica sobre este asunto volviera a estallar al calor del proceso por «colaboración en crímenes contra la humanidad» iniciado en Burdeos contra Maurice Papon. El secretario general de Policía de la Gironda en los tiempos de la ocupación nazi fue precisamente el prefecto de Policía de París que dirigió la represión contra los manifestantes argelinos aquella noche sangrienta del 17 al 18 de octubre de 1961. En las fechas previas, Maurice Papon envió al director del servicio de coordinación de asuntos argelinos y al jefe de la policía municipal una nota en la que indicaba que «los miembros de los grupos de choque» del FLN (Frente de Liberación Nacionalargelino), sorprendidos en flagrante delito, debían ser «abatidos en ese mismo lugar por la fuerzas de orden».