Manifiesto en favor de una Constitución europea

Varios intelectuales de la Unión Europea divulgaron ayer un manifiesto en el que abogan por la creación de una Constitución que ahonde en la unión política del Viejo Continente. Es el siguiente:«Europa ha sido construida por medio de tratados, es decir, por la voluntad de sus Estados miembros. Ahora debe ir más lejos y transformarse por medio de una Constitución».

«La moneda única, la convergencia de las políticas económicas y una política común de Exteriores y seguridad son claramente indispensables si queremos establecer los lazos necesarios para la solidaridad en Europa. Precisamente para prevenir un debilitamiento de esos lazos, éstos deben formar parte de un único marco. Europa debe ofrecer algo más que una cifra en un billete de banco. Debe expresar una filosofía de vida, un marco común que los pueblos puedan reconocer como un reflejo de sí mismos».

«En una palabra, Europa necesita una Constitución. No debería ser sólo una ley técnica que distribuya las competencias y regule las relaciones de poder. El texto debería ser también una expresión de los valores por los que la gente decida, en un momento dado, construir su futuro común (...) ».

Patrimonio común

«Esta Constitución es una posibilidad real. Ahora mismo, de los derechos constitucionales de cada país europeo se puede identificar una serie de principios que tomados juntos formen un patrimonio constitucional europeo. El primero es que los Gobiernos sean elegidos libremente en intervalos regulares; el segundo es respecto a los derechos humanos fundamentales. Este patrimonio nos provee de un terreno social común para los pueblos de Europa que, con sus propias historias, están aprendiendo a vivir juntos».«Es por ello urgente que se cree una Asamblea Constitucional europea para debatir y adoptar una Constitución que exprese la voluntad de los pueblos de Europa de establecer una autoridad política común. La identidad de Europa requiere una Constitución, o si no no habrá Europa».

Firman el manifiesto Dominique Rousseau, de la Universidad de Montpellier (Francia); Leopoldo Elia, ex presidente del Tribunal Constitucional de Italia; Preston King, de la Universidad de Lancaster (Reino Unido); David Pina, de la Universidad de Lisboa; André Alen, de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica); Teresa Freixes, de la Autónoma de Barcelona; Aristovoulos Manessis, de la Universidad de Atenas y de Salónica, y Rainer Arnold, de la de Regensburgo (Alemania).