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El Tribunal de la Competencia abre un expediente a la Entidad Metropolitana del Taxi

El Tribunal para la Defensa de la Competencia ha abierto un expediente a la Entidad Metropolitana del Taxi (EMT) de Barcelona por la imposición de una cuota que limita determinados tipos de licencias. Una regulación de la EMT establece en el 5% del total los taxis que realizan varios turnos, lo que, a juicio del tribunal, puede lesionar la competencia. El sector del taxi es una de las primeras actividades de servicios del área metropolitana, con una facturación de 45.000 millones de pesetas, 13.000 empleos directos y más de 100 millones de pasajeros al año.

La EMT, que en la práctica actúa como un instituto regulador del sector del taxi, está aplicando un plan de viabilidad a través del cual reparte la influencia sobre el mercado entre los trabajadores autónomos y las empresas. En Barcelona existen 10.900 licencias de taxi, y de este total, el 90% corresponden a trabajadores autónomos, mientras que el resto son licencias controladas por empresas. Precisamente esta composición sociológica del sector ha condicionado en favor de los autónomos las sucesivas regulaciones efectuadas por la EMT, "porque el organismo expresa los intereses más generales", según un portavoz. A partir de las demandas de los taxistas, la EMT consensuó un plan de viabilidad -elaborado en junio de 1997-cuya aplicación reduce la oferta de taxis en Barcelona. El plan de la EMT incluye la amortización en los próximos cinco años de 1.215 licencias de taxis y la imposición de un límite de actividad a las empresas del sector. Estas últimas son sociedades con 20 o 30 licencias de taxis con trabajadores asalariados que realizan diversos turnos al día y cubren otros servicios permanentes, como el taxi por encargo, los recorridos de turismo de élite o los congresos que se realizan los fines de semana. La capacidad de servicio al por mayor que tienen las empresas amenaza la competencia de los autónomos, encorsetados en explotaciones familiares cuya capacidad de prestación de servicio es mucho más rígida. El mismo plan de viabilidad de la EMT incluye la fijación de un cupo del 5% del total de las licencias para los taxistas que puedan ofrecer más de un turno de trabajo diario. "Contingentar, como objetivo óptimo, el número de licencias que puedan trabajar a doble turno en un 5% de la totalidad de licencias existentes en el sector en cada momento", dice textualmente un apartado del plan de viabilidad de la EMT. El Tribunal para la Defensa de la Competencia considera que el establecimiento de ese 5% puede llegar a ser especialmente lesivo para la competencia porque introduce cupos administrativos en una actividad cuyo ejercicio debería ser completamente libre. El Tribunal ha admitido a trámite una denuncia contra la EMT presentada por la Asociación Empresarial del Taxi, una organización empresarial vertebrada en la federación de transportes de la patronal Fomento del Trabajo. Frente a la discrepancia de los empresarios, los trabajadores autónomos del taxi, agrupados en el Sindicato de Trabajadores Autónomos del Taxi, el Gremio de la Unión de Taxistas y el Sindicato de Taxistas Autónomos de Cataluña, respaldan el plan de viabilidad del organismo regulador. La EMT pertenece a la Entidad Metropolitana del Transporte, cuyo consejo de administración está compuesto por representantes de los municipios del área metropolitana y por miembros de partidos políticos. Este carácter de instituto público y organismo regulador al mismo tiempo ha levantado un mayor interés por el caso entre los miembros del Tribunal de la Competencia. La doctrina de este tribunal está ahora muy centrada en la desregulación de los mercados de servicios, que en muchos casos están condicionados por institutos cuya mediación distorsiona la competencia y provoca alzas de precios en detrimento del consumidor final. Contribución especial Además del cupo del 5% impuesto a las empresas con capacidad de ofrecer más de un turno, la EMT impuso a los taxistas el pago de una nueva contribución especial de 65.000 pesetas año a cada licencia. Esta nueva figura fiscal ha sido acogida como un nuevo arbitrio por parte de los autónomos, que en muchos casos han empezado a satisfacer la cantidad en las oficinas de la EMT. La pasividad de los trabajadores autónomos se fundamenta en la promesas de la EMT de destinar los fondos de esta contribución a financiar la supresión de las 1.215 licencias prevista. Por su parte, las empresas del sector quieren impugnar este nuevo impuesto local "porque llena las arcas de la EMT de forma injustificada mientras que sus responsables no se muestran transparentes".

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