El trueque y la maya animaron el Dos de Mayo en Colmenar Viejo

Prueba superada. El mercadillo de artesanía que ayer se organizó en Colmenar Viejo satisfizo a vecinos y artesanos. A lo largo del día, los curiosos fueron acercándose a las 23 casetas donde se vendían desde cuadros hasta abalorios de cuero, cerámicas y muebles antiguos. Pero la palma, sin duda, se la llevó la caseta del trueque, la novedad del mercadillo, porque en ella, por primera vez, se invitaba a los vecinos a intercambiar sus trastos sin compraventa por medio. Aunque tímidamente, el experimento funcionó.Por la mañana se cambió una mesa antigua de madera por un cuadro, y varios chavales, sus respectivos juguetes viejos. Todavía quedaban en la nevera algún espejo, jarrones y un par de cabeceros cuyos dueños no perdían la esperanza de intercambiar por algún objeto más útil para ellos. "Hemos puesto un cartel en blanco en el que se puede escribir lo que se quiere cambiar dejando un nombre y un teléfono. Con ello queremos que, con vistas al próximo mercadillo, el primer sábado de junio, la gente cuente con lo que se puede encontrar aquí y piense qué ofrecer a cambio", comentó Rosa María García, portavoz de la organización.

Pero ésta no fue la única atracción de ayer en Colmenar. A las cinco de la tarde, los vecinos pudieron comenzar a ver a los siete grupos de niñas protagonistas de la tradicional fiesta de la maya, que se celebra en esta localidad cada 2 de mayo para conmemorar la llegada de la primavera. Dispersos por varias calles del municipio, cada grupo paseó en torno al altar decorado por la mañana por sus padres con flores silvestres. Alrededor de la maya -una niña sentada en un trono y ataviada con encajes y mantones de Manila- sus compañeras pidieron unas monedas "para la maya, que es bonita y galana".