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UGT y CC OO anuncian en el Primero de Mayo nuevas movilizaciones contra las políticas del PP

Los sindicatos aumentarán su presión contra el Gobierno y la patronal si no cesan de atacar el Estado del bienestar. Fue el mensaje claro y contundente que ayer lanzaron los dirigentes de UGT y CC OO en la celebración del Primero de Mayo, al que se unieron miles de personas en toda la Comunidad. Los sindicatos exigieron la reducción de la jornada laboral a 35 horas y condenaron los procesos de privatización de Telefónica, Tabacalera, Correos, y la amenaza que pende sobre la Ràdio Televisió Valenciana. También arremetieron contra el plan de empleo y criticaron el recorte de la cobertura a los parados.

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Protagonismo político

Unas 20.000 personas, según los sindicatos, que la policía redujo a 11.000, participaron ayer en los actos de celebración convocados con motivo del Primero de Mayo en la Comunidad Valenciana. La jornada, que transcurrió sin incidentes, giró en torno a la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, objetivo para el que los sindicatos UGT y CC OO pidieron "la unidad de toda la izquierda". Pese al tiempo desapacible, no llovió y la marcha acabó sin contratiempos. En Valencia, donde tuvo lugar la manifestación más nutrida, los secretarios generales de UGT-PV y de CC OO-PV, Rafael Recuenco y Joan Sifre, respectivamente, iniciaron la marcha, pasadas las once y media de la mañana, con fuertes críticas a la política de los gobiernos central y autonómico, ambos del PP. Los dos líderes, como reiterarían más tarde, denunciaron la situación en que se encuentra la Ràdio Televisió Valenciana (RTVV). "Basta ya de amenazas en la televisión pública", pidieron al unísono. La manifestación transcurrió pacífica, aunque el servicio de orden aconsejó varias paradas a lo largo del recorrido para evitar alcanzar la marcha convocada por la CGT en solitario, que había arrancado media hora antes del mismo sitio, la plaza de San Agustín de Valencia. Los parlamentos de los dos secretarios generales, al final de la Avenida de Navarro Reverter, caldearon el ambiente. Sifre abrió el turno de intervenciones pidiendo más y mejor empleo. "Exigimos a los empresarios que inviertan parte de sus importantes beneficios en crear empleo, que desbloqueen la negociación colectiva y que cesen de reclamar nuevas reformas laborales, cuando todavía no han cumplido los acuerdos de abril de 1997 [fecha de la última reforma]". A las administraciones, Sifre les pidió una verdadera política de empleo y no "planes de choque para lavarse la mala conciencia ante la opinión pública". El dirigente de CC OO-PV atacó la recién aprobada reforma del IRPF, "que favorece las rentas más altas e hipoteca la prestación de los servicios públicos". Sifre concluyó su parlamento denunciando la "persecución ideológica en Canal 9 y un nuevo maccarthismo casero". Recuenco empezó su discurso con una alusión directa a Zaplana. "Señor Zaplana, entérese, de las reclamaciones de algunos miles de ciudadanos, que le pedimos empleo". "Tome usted nota, señor Zaplana", prosiguió el dirigente ugetista, "porque el Primero de Mayo continuará si su Gobierno y los empresarios se emperran en aplicar medidas contra las políticas sociales". La reducción de la jornada laboral debe ser, según Recuenco, una reivindicación de toda la izquierda. "Que expliquen cómo atenderán los servicios públicos si van a recaudar menos dinero", añadió Recuenco, quien condenó la política de privatizaciones, que amenaza con dejar sin empleo a cientos de trabajadores de Telefónica, Tabacalera, y Correos, entre otros. "Tenemos que utilizar la calle, los centros de trabajo; recurrir, si es preciso, a las octavillas porque los medios de comunicación públicos silencian nuestras reivindicaciones", dijo. En Alicante, los actos contaron con menor participación que el año pasado. "España va bien para que los mismos llenen más el saco a base de explotar a los trabajadores", declaró Javier Cabo, secretario de UGT. José de la Casa, secretario de CC OO, recordó a las víctimas de los accidentes laborales, entre las que citó a las 10 operarias de Villena afectadas por la parálisis del calzado. Precisamente ayer, dos trabajadores de la empresa Pamesa, de Castellón, resultaron heridos mientras trabajaban.

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