Los defensores de la Aduana como museo intentan convencer a los vecinos de la Trinidad de sus tesis
El debate plenario del miércoles en el Ayuntamiento de Málaga en torno a la ubicación del Museo de Bellas Artes puso de manifiesto el peligro de instrumentalizar políticamente a los colectivos ciudadanos que defienden la Aduana o el convento de la Trinidad. Convencidos de que el traslado a la Trinidad sería un error que no revitalizaría el barrio y disminuiría el atractivo del Bellas Artes, los miembros de la Plataforma pro Aduana han decidido meterse en casa del enemigo y defender sus tesis en el mismo barrio de la Trinidad para atajar radicalizaciones futuras.
Así, antes de la próxima manifestación convocada para el 19 de mayo, varios portavoces pro Aduana convocarán en la Asociación de Vecinos de la Trinidad una reunión abierta a todos los vecinos. "Queremos que entiendan, con números y datos, que ganan más apoyando el Museo en la Aduana que en el Convento de la Trinidad; que con el Bellas Artes allí no se abrirá ni un solo bar nuevo; que en la Trinidad hace falta más un centro cultural diferenciado que el Bellas Artes", afirma el catedrático de Economía Vicente Granados, presidente de la Asociación Económica de amigos del País. Para el presidente de la Asociación de Vecinos Trinidad-Centro, José Cristóbal Pérez, el hecho de que el PP votase en contra de la propuesta de la Aduana ha "legitimado" sus tesis para seguir adelante. Pérez suscribe las ideas esgrimidas en el pleno por el concejal del PP Antonio Garrido, cuya defensa de la Trinidad le pareció "brillante", opinión que difiere del resto de los grupos (en realidad Garrido no ilustró el porqué del sí a la Trinidad, sino que se limitó a preguntar "¿por qué no?"). "Es difícil debatir en serio cuando los análisis se hacen desde perspectivas diferentes", afirma Carlos Márquez, trabajador del Museo de Bellas Artes y defensor de la Aduana. "Queremos un debate teórico; el PP necesitaba apoyo social para su postura imposible y la ha encontrado en un sector de un barrio haciéndoles creer que su vida va a cambiar radicalmente cuando pongan allí el Museo". Las actividades de la plataforma, en cualquier caso, continúan sin descanso: el 5 de mayo invitarán a los parlamentarios malagueños a visitar los cuadros embalados en el salón de Columnas de la Aduana.
La Trinidad...
Quienes quieren llevar el Bellas artes a la Trinidad sostienen que sería un factor de dinamización del barrio. "Éste es un proyecto donde el dueño del edificio (el Ministerio de Cultura) ha decidido gastarse 4.000 millones de su dinero para colocar sus cuadros en nuestro barrio y no lo vamos a dejar pasar", aseguran. La asociación de vecinos de La Trinidad sostiene que no está siendo manipulada por el PP, sino que defiende los intereses de su barrio "y éstos coinciden ahora con los del Partido Popular". La asociación cuenta con más de 500 afiliados (la simpatías por la Aduana reúnen más de 50.000 firmas) y aseguran que ahora se está apuntando "gente de otros barrios que está de acuerdo con nuestra causa".
versus el palacio
"El Museo de Bellas Artes en sí mismo no tiene entidad para ser un atractivo turístico para Málaga", asegura Vicente Granados, uno de los portavoces de la Plataforma pro Aduana. Además, no entiende "por qué los turistas van a desplazarse 45 minutos a pie a la Trinidad para ver un Museo así". La plataforma sostiene que el tirón de Málaga es la palabra Picasso y por él los turistas acabarán descubriendo el Teatro Romano, las exposiciones itinerantes que se monten y llegarán hasta el Bellas Artes si está cerca y sólo hay un espacio: la Aduana está a tres minutos andando de la ubicación del Museo Picasso. "Nosotros ya tenemos nuestro Gugenhheim, nuestro continente ideal, y sólo hace falta pintarlo: es la Aduana".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.