El mundo alucinante y siniestro de Alfred Kubin es revisado en una exposición del IVAM

El mundo fantástico y siniestro del austriaco Alfred Kubin, un artista-escritor o un escritor-artista, autor de la novela La otra parte, ocupa desde ayer una de las salas del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), que exhibe más de un centenar de los alucinantes dibujos e ilustraciones, en parte simbolistas y en parte expresionistas, que realizó en una atormentada trayectoria creadora. Al mismo tiempo, el museo abrió una muestra sobre Hendrik Nicolaas Werkman, que contribuyó a la renovación gráfica en los veinte y treinta, con influencias constructivistas y dadaístas.

Los dos artistas comparten el soporte de papel y las dos muestras encajan en el modelo de exposiciones de gabinete pero, como señaló Juan Manuel Bonet, director del IVAM, ahí acaban las similitudes. El mundo fantástico, monstruoso y onírico de Alfred Kubin encuentra en la exposición inagurada ayer la más importante revisión que de la obra de este artista,-"el más raro entre lo muchos raros que ha dado Europa central", según Bonet-, se ha hecho en España. El artista y escritor austriaco (nacido en 1877 y muerto en 1959) se situó en las raíces simbolistas de las vanguardias y fue un creador de vida atormentada y fantasías monstruosas, salpicadas de cierto humor negro. El comisario de la muestra, José Miguel G. Cortés, señaló que ha puesto especial interés en destacar la obra de Kubin (se recogen más de un centenar de originales, litografías e ilustraciones) que tiene "relación con el concepto de Sigmund Freud sobre lo siniestro", como algo difícil de entender que rompe la cotidianeidad, más que lo monstruoso de de carácter animal. La otra exposición inaugurada ayer en el IVAM se aleja del universo inquietante y fascinante a un tiempo, marcado por la pesadilla y el horror, de Kubin. Hendrik Nicolaas Werkman engrosa la línea de acercamiento a los renovadores del diseño gráfico de este siglo que viene manteniendo el museo valenciano. El comisario de la muestra, Josep Salvador, recordó al artista y su lucha por la libertad (murió fusilado en Groningen en 1945, poco antes de la liberación de Alemania, a causa de sus actividades contra lo nazis) y resaltó su carácter de "artesano de la vanguardia".