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Diez familias chabolistas pierden su cobijo y enseres al incendiarse sus casetas en el poblado de Pitis

Diez familias chabolistas portuguesas de las 135 que habitan en el poblado de Pitis (Fuencarral) perdieron ayer tarde su único techo y todos sus enseres en un incendio que devastó los chamizos de madera donde viven. El fuego comenzó hacia las cinco de la tarde en una de las casetas por causas que se desconocen. No hubo ningún herido.

Los chabolistas avisaron enseguida a los bomberos. Como no llegaban, las monjas que prestan atención sanitaria gratuita en el asentamiento volvieron a llamar poco después. "Tardaron veinte minutos en llegar", se quejaban los habitantes del poblado marginal. Las llamas se propagaron rápidamente, y en menos de una hora convirtieron en un amasijo de hierros retorcidos los somieres y dos coches de los vecinos. De las diez chabolas, tres estaban vacías cuando empezó el fuego porque sus habitantes estaban de visita en Portugal.

Trabajadores de los servicios sociales municipales se encontraban anoche en el asentamiento buscando dónde cobijar a los damnificados, unas 40 personas.

Belmiro Correia, su mujer y sus tres hijos fueron de los que se quedaron sin hogar. "Oímos que alguien avisaba del fuego, vimos que una chabola vecina ardía y no nos dio tiempo a sacar nada", explica este albañil, que trabaja a rachas. "Hemos perdido lo poco que tenemos", añade Correia, que lleva nueve años en este asentamiento, creado hace 13 por inmigrantes de la comarca portuguesa de Tras os Montes.

Este poblado tiene los días contados ya que sobre él pende la piqueta urbanística. Las chabolas ocupan una vaguada por donde debe trazarse una carretera vital para el colindante y acomodado barrio de Arroyo del Fresno. Pero por ahora no existe un plan definido sobre dónde se va a trasladar a los chabolistas.

Hace tres años, el Consistorio llegó a un acuerdo con los promotores del barrio de Arroyo del Fresno por el que estos empresarios aportarían 220 millones de pesetas para realojar a estas familias en prefabricados en la cercana zona de Las Alamedillas. Pero ese proyecto está estancando. Los vecinos de Las Alamedillas se opusieron y, además, hay malas experiencias sobre los barrios de prefabricados, ya que la mayoría se convierten en guetos.

El poblado dispone de agua corriente en las casetas. La luz la obtienen de generadores y de baterías. Sus habitantes, la mayoría peones o chatarreros, y varios voluntarios que prestan apoyo social han creado la asociación O Pobo de Pitis para defender los intereses de los chabolistas.

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