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EL PSOE TRAS LAS PRIMARIAS

Borrell exigirá a Almunia el control sobre la maquinaria electoral y el programa socialista

José Borrell quiere asumir la dirección del aparato electoral y del equipo que elaborará el programa del PSOE, así como un papel central en la dirección estratégica del grupo parlamentario. Éstos son los ejes de la recomposición de las estructuras del PSOE que el candidato socialista a la presidencia del Gobierno propondrá en breve a Joaquín Almunia, según fuentes del PSC, a cuya ejecutiva Borrell adelantó ayer las líneas de su propuesta. Poco después, declaraba que ahora el líder de la oposición es él. Almunia, como secretario general, sería el "lider orgánico" y el interlocutor con Aznar.

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Borrell destacó ayer ante la ejecutiva del PSC algo obvio, pero no por ello soslayable. Argumentó que el escenario surgido de las primarias y el papel que éstas han otorgado a cada cual exige una modificación de las estructuras del PSOE. El candidato socialista dijo que esa reforma debe impedir el continuismo en el partido, pero subrayó que, al mismo tiempo, ha de evitar también el estallido de la más mínima crisis interna. "La libertad no puede conducir a la crisis", declaró Borrell más tarde en conferencia de prensa. "Lo contrario sería ponerle el punto final a este proceso". Borrell avanzó a los miembros de la dirección de su partido, el PSC, las grandes líneas de la propuesta que hará a Almunia en los próximos días. El candidato quiere el control sobre la maquinaria electoral y sobre la dirección programática del PSOE.También reclama un papel central en la dirección del grupo parlamentario, aunque en este último punto no precisó cuál.

El candidato pidió la opinión de los dirigentes del PSC sobre qué función debería desempeñar a partir de ahora en el grupo parlamentario del PSOE. Sólo una voz, la de Mercedes Aroz, destacada partidaria de Almunia durante la campaña, opinó que Borrell haría bien asumiendo el cargo de portavoz del grupo parlamentario. El resto de las intervenciones, como las del alcalde de Girona, Joaquim Nadal, y el ex ministro Jordi Solé Tura, le aconsejaron exactamente lo contrario. Es decir, que actúe como jefe de la oposición sin hipotecar su tiempo y sus energías en la tarea cotidiana del portavoz.

Nadal le propuso que se haga cargo de la presidencia del grupo parlamentario en lugar de Almunia. En el caso de que los estatutos del PSOE obligasen a que la presidencia del grupo y la secretaría general del partido recayesen sobre la misma persona, Nadal opinó que sería interesante crear una copresidencia del grupo parlamentario. El alcalde de Girona y líder parlamentario del PSC aconsejó también a Borrell que pacte personalmente con Almunia el nombre del futuro portavoz del PSOE en el Congreso.

Borrell escuchó todas las opiniones, pero se abstuvo de precisar más la propuesta que le hará a Almunia. Sí esgrimió en la conferencia de prensa posterior, sin embargo, el ejemplo práctico del PSC, en el que la presidencia del grupo socialista en el Parlamento catalán y la primera secretaría del partido son desempeñadas por personas distintas: Joaquim Nadal y Narcís Serra, respectivamente.

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Horas después, en declaraciones a la emisora Onda Cero, Borrell aclaraba que ahora él será el jefe de la oposición, puesto que será quien represente al PSOE en las próximas elecciones generales, y que el número uno en el partido seguiría siendo Almunia, en tanto que secretario general. Almunia, como "líder orgánico", sería el encargado también de acudir a La Moncloa para negociar con José María Aznar.

El candidato reiteró ante la ejecutiva del PSC su opinión favorable a que el secretario general del PSOE se mantenga en su puesto, y previno a todos los socialistas contra el error de "entretenerse en congresos o en líos internos". "Nada debe apartarnos ahora del objetivo de ganar las próximas elecciones", apostilló.

Primero, las ciudades

Borrell hizo suyas las palabras de un dirigente del PSC sobre lo que debe hacer el PSOE a partir de ahora: "Organizar el pluralismo sin caer en el tribalismo". La ejecutiva del PSC aprobó por unanimidad una declaración a favor de la continuidad de Almunia como secretario general "para que siga impulsando la modernización del socialismo español". Borrell agradeció la neutralidad de la dirección del PSC durante la campaña, neutralidad que contrapuso a la parcialidad de la ejecutiva del PSOE de Andalucía, que apostó por Almunia. El candidato se puso a disposición de los candidatos autonómicos y municipales del PSOE porque, dijo, los socialistas no recuperarán el Gobierno si antes no recuperan las ciudades.

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