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Reportaje:

Por el camino de la alubia

El pasado martes se presentó en las campestres poblaciones guipuzcoanas de Zerain y Albiztur la Ruta Indaba, un nuevo proyecto de promoción turística, que, tomando como nexo de unión la alubia y los productos gastronómicos autóctonos, pretende unir cuatro zonas del País Vasco. Se trata de un itinerario turístico en toda regla, que pretende ofrecer una visión territorial conjunta de la comarca de Tolosaldea y del entorno de Zerain, en Guipúzcoa, y de las zonas de Busturia y Uribe, en Vizcaya, cuatro áreas cuyo denominador común es ser grandes productoras y comercializadoras de la alubia y que cuenta con dos capitales como Gernika y Tolosa muy relevantes por su tradición gastronómica y sus afamadísimas ferias agrícolas. Conviene aclarar una confusión bastante generalizada en torno a las alubias rojas de Tolosa, la base de ese pletórico potaje típico de esta localidad guipuzcoana. La equivocación radica en su nombre precisamente. Cualquiera se puede preguntar por qué se llaman alubias rojas de Tolosa, cuando en realidad, al igual que las de Gernika, son más negras que el azabache. El hecho de considerar que la alubia de Tolosa es roja jaspeada, es decir la alubia pinta, tiene su explicación. El desliz tiene una clara razón histórica, ya que estas alubias pintas (pinttarra o también llamadas babazuribeltz) eran la variedad principal de esta villa guipuzcoana hasta no hace más de 50 años. En la feria de los lunes guerniquesa aún se sigue denominando a estas pintas como tolosanas. No está muy claro por qué dejaron de plantarse para ser sustituidas por la variedad negra. Una explicación convincente la da uno de los productores de la Tolosako babarruna elkartea (asociación de cultivadores de esta alubia en la zona tolosarra). Al parecer, en los años de lluvias excesivas, las alubias pintas se decoloraban bastante y, además, la planta de la alubia negra es más resistente al frío y a la humedad, por lo que encontró en esta tierra su desarrollo más idóneo. Hay que alegrarse además, porque es indudable que las negras se caracterizan por su textura aterciopelada, que después de una buena cocción han de deshacerse en la boca y lo mejor de todo es sin duda la untuosidad del caldo, una crema, que sueltan tras su paciente elaboración. Despejado este malentendido, cabe decir que el circuito abarca más de 250 kilómetros desde el corazón de la Guipúzcoa tradicional a la punta costera vizcaína y congrega una red de servicios turísticos basados en el mundo agrario, con la posibilidad de visitar los mercados de Tolosa y Gernika, adquirir sus productos más típicos, conocer de cerca las costumbres ancestrales, la arquitectura rural y su riqueza paisajística. La ruta enlaza cuatro grandes recursos naturales: Aizkorri, Parque Natural de Aralar, Reservas de la Biosfera de Urdaibai y el biotopo de Uribe. Y permite visitar el Museo Etnográfico de Zerain, el Museo de Confitería tolosano, las ferias de Tolosa y Gernika, el bosque animado de Oma, etcétera. El plan ha sido ideado por los ayuntamientos, agencias de desarrollo y asociaciones de agricultura y montaña de las cuatro comarcas y cuenta con el apoyo de las consejerías de Agricultura y Turismo. Los interesados pueden acercarse a las oficinas de información de los respectivos ayuntamientos, donde recibirán información detallada sobre las cuatro comarcas y la posibilidad de programar visitas guiadas con profesionales, aunque también cabe la posibilidad de que uno decida viajar por su cuenta. Las posibilidades están abiertas, existen rutas guiadas estándar e itinerarios a la carta, con duraciones que oscilan entre medio día y 15 días.

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