El Gobierno crea una fundación de investigación en el sector primario vasco
El Gobierno ha creado una fundación sin ánimo de lucro para desarrollar la investigación en el sector primario vasco, que desde enero pasado está integrada en la sociedad Azti. La constitución de la fundación, que se presentará la próxima semana, permitirá la entrada en su gestión de las principales empresas de los sectores de alimentación, distribución y medio ambiente. Su objetivo será innovar y desarrollar tecnologías pesqueras y de alimentos y productos y servicios en el área medioambiental.
Lo que en 1984 nació como un Instituto Oceanográfico dedicado al medio ambiente marino y los recursos pesqueros se parece poco a la situación actual: sólo se mantiene el nombre, Azti. Primero, amplió su actividad a la mejora de calidad alimentaria y, finalmente, absorbió la investigación y desarrollo de todo el sector primario: desde la agricultura a la pesca. En los últimos cuatro años, su plantilla de trabajadores ha crecido un 30% y la facturación ha pasado de los 404 millones en 1994 a los más de 750 millones previstos para este año. Entre sus actividades destaca la vigilancia ambiental de las aguas, estudios sobre corrientes, mareas, biosfera marina, pesquerías o cartografía de algas y crustáceos, en el apartado oceanográfico; las capturas comerciales, estructura de las flotas, dinámica de las poblaciones pesqueras, desarrollo de las artes de pesca o consecuencias socieconómicas en lo referente a los recursos pesqueros. En cuanto a la tecnología de alimentos, asesora a unas 250 empresas para la implantación de sistemas de gestión de calidad y nuevos procesos de producción, junto a los análisis de productos o detección de fraudes. Así, desde 1994, Azti vigila la calidad de las aguas litorales y, un año antes, inició el estudio del impacto de la ampliación del puerto de Bilbao. También elabora informes que sirven al Gobierno de Vitoria para negociar cuotas pesqueras. Su labor le ha permitido presentar 31 proyectos europeos desde 1991 y la creación de dos centros de transferencia de tecnología en Chile y Argentina. Los buenos resultados económicos llevaron al Ejecutivo autónomo a estudiar una segunda fase de Azti que permitiese una mayor entrada en los mercados. "Se buscó una fórmula jurídica que facilitara el desarrollo de la empresa y a la vez diera entrada a socios privados que pudieran aportar sus conocimientos sectoriales en el desarrollo de la sociedad", señalan sus responsables. El viceconsejero de Agricultura y Pesca, Eduardo Urrutia, estima que la fundación "permite la entrada de socios privados y agilidad en los contratos, por una parte, y, por otra, que al ser una sociedad sin ánimo de lucro los beneficios se reinviertan en inversiones". El proyecto incluye la participación de siete empresas punteras en sus sectores: Iparlat, Salica, Mirotz y Cafinda, en el agroalimentario; Hidronor y Sanemar, en Medio Ambiente, y Eroski, en distribución. Además de participar en el desarrollo y gestión, se beneficiarán de importantes exenciones fiscales. Azti estará gestionada por un patronato cuya representación mayoritaria pertenece al Ejecutivo autónomo y tendrá sus centros de trabajo en Sukarrieta y San Sebastián. Sin embargo, contará con la participación de una sociedad que se encargará de buscar la distribución y rentabilidad a sus productos y servicios, que se ha llamado Teize y en la que el 60% de la participación recae en las siete empresas. El Gobierno vasco se queda con un 30% y el 10% restante pasa a manos de los trabajadores de Azti. Teize se haría cargo de "vender los productos desarrollados a la vez que capta necesidades y oportunidades de mercado para el desarrollo de nuevos productos y servicios por parte de la fundación". Urrutia auguró más presencia privada en Azti, presidida ahora por el Ejecutivo: "La idea es que en tres o cinco años, la presidencia pase a una de las empresas y que ellas sean el auténtico motor de la fundación".
