La batalla por la presidencia del BCE amenaza con empañar la cumbre

El desacuerdo sobre la elección de la cúpula del Banco Central Europeo (BCE) es el único gran nubarrón que amenaza con ensombrecer el Consejo Europeo del próximo fin de semana, en el que los Quince crearán su moneda única, la apuesta más ambiciosa en toda la historia de la UE. Los Quince llegan a la recta final de la cumbre, que se celebrará en Bruselas del viernes al domingo, con un solo litigio grave sin resolver: la elección del presidente (y del directorio) del BCE. Desde el 4 de noviembre hay dos candidatos, el holandés Wim Duisemberg el francés Jean-Claude Trichet y ni Francia ni Holanda han renunciado. Juegan al órdago.

El presidente de la Comisión, Jacques Santer, presiona a los líderes en pro de un acuerdo. Augura un "fracaso" si no lo logran, pues la noticia de la cumbre sería ese "fracaso", que ensombrecería el éxito del nacimiento del euro. Algunos ministros de Economía temen que ese revés se trasladase a los mercados. "Corremos el peligro de provocar un gran caos en los mercados financieros", confesó uno de ellos a este diario. Otros minimizan esa hipótesis, "porque los mercados ya saben cómo funciona la UE y que el plazo legal para la elección llega hasta el 1 de julio". La presidencia británica mantiene la ambigüedad sobre si se empeñará en resolver el conflicto en esta cumbre. La despejará el primer ministro, Toni Blair, en su carta de convocatoria con el orden del día. La agenda oficial exhibe una de cal: recuerda que, el 2 o el 3 de mayo, el Ecofin emitirá su "recomendación sobre las personas nominadas" para la cúpula y que la presidencia "debe esforzarse en someter una lista de candidatos".

Y otra de arena, al dejar sin fecha la reunión del Consejo Europeo de los países in que debe nombrar al directorio del BCE. Más aún: la agenda recuerda que el plazo legal llega hasta el 1 de julio y que "puede utilizarse el procedimiento escrito", es decir, nombrarlo después de esta cumbre.

Fórmula de compromiso

La gran fórmula de compromiso sigue siendo el pacto oficioso de caballeros para que Duisemberg y Trichet compartan el primer mandato, vía dimisión voluntaria del primero tras cuatro años de gestión. Un reparto oficial violaría el Tratado,, que establece un largo período de ocho años para garantizar la independencia del BCE. El presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, que apoya como Helmut Kohl a Duisemberg, habría amenazado con retirar su apoyo a la integración del marco si se confirma ese compromiso, publica hoy Bild am Sontag. Otro órdago. El gran obstáculo de la cumbre es, pues, la selección de personal. La criba de los países aptos no suscitará problema (serán 11) y las paridades bilaterales entre las monedas que desaparecen y el euro serán las fijadas el 14 de marzo pasado. El plan Waigel que pretendía endurecer la unión monetaria ha sido ya ablandado y las incógnitas sobre comisiones bancarias y doble contabilidad exhiben menos aristas políticas.

Los otros grandes deberes están ya hechos con antelación: el estatuto jurídico del euro (un euro vale un ecu y hay continuidad contractual), el Pacto de Estabilidad (que garantiza seguir con la austeridad presupuestaria) y el SME-bis que conectará a los in y a los out. Casi todo está a punto.