La OTAN rescata a policías de la ONU atacados por croatas en Bosnia

Varios cientos de airados croatas que protestaban por la vuelta de refugiados serbios incendiaron ayer el acuartelamiento de la policía de Naciones Unidas en la localidad de Drvar, en el oeste de Bosnia. Los agentes internacionales fueron rescatados por fuerzas de la OTAN después de que unas 500 personas intentaran asaltar el ayuntamiento gobernado por los serbobosnios, según un portavoz de la ONU. A media tarde la tranquilidad volvía a la ciudad de 17.000 habitantes, aunque algunos incendios no habían sido extinguidos. Al menos una veintena de personas resultaron heridas. Drvar, a unos 140 kilómetros al noroeste de Sarajevo, tenía una población mayoritariamente serbia antes de la guerra. En verano de 1995, cuando se aproximaba el final del conflicto, fue capturada por las tropas croatas. Alrededor de 1.500 refugiados serbios han regresado al lugar en las últimas semanas, pero se han encontrado con una cerrada hostilidad por parte de los nuevos dueños, unos 6.000 croatas, que les han cortado el agua y la electricidad. Un anciano matrimonio serbio fue asesinado la semana pasada y varias casas pertenecientes a serbios incendiadas durante los últimos meses.

El edificio de la policía internacional ha sido totalmente destruido por las llamas, así como el ayuntamiento y otras dependencias de los funcionarios internacionales, evacuados por las tropas de la Alianza. Un portavoz de la ONU en Sarajevo precisó que "a mediodía la situación era muy tensa y se habían disparado al menos 500 balas".

El ataque croata contra la desarmada policía internacional, que comenzó como una manifestación pacífica, ha ocurrido al día siguiente de que más de un millar de serbios mantuviera como rehenes en una iglesia de la localidad norteña de Derventa al cardenal Vinko Puljic, arzobispo católico de Bosnia, y a un grupo de sacerdotes y refugiados croatas que pretendían oir misa. Tras permanecer seis horas en el sótano de la iglesia, el grupo fue rescatado por fuerzas noruegas de la OTAN. El cardenal Puljic dijo ayer que los extremistas no conseguirán detener el regreso de refugiados a Bosnia.