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Millon y Blanc, amigos incómodos

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha decidido congelar sus relaciones políticas y personales con los presidentes regionales franceses que se apoyan en los votos del ultraderechista Frente Nacional. Como muestra de ello, ni siquiera ha llamado últimamente a sus viejos amigos Charles Millon (presidente de Rhône-Alpes) y Jacques Blanch (presidente de Languedoc-Roussillon). Pujol precisóayer, sin embargo, que las relaciones institucionales se mantendrían como hasta ahora en cuestiones como el proyecto de trasvase de agua del Ródano a Cataluña. "Si el presidente de Francia o su primer ministro no cortan las relaciones con esos presidentes regionales, no vamos a hacerlo nosotros. No queremos ser más papistas que el Papa", dijo el presidente de la Generalitat. Algunos políticos franceses, de la izquierda y de la derecha, consideran sin embargo que Pujol no ha sido lo bastante tajante y explícito en la condena contra los pactos con el Frente Nacional. El malestar francés ha llegado a oídos de la Generalitat, donde se considera que el problema es ajeno."Es el Estado francés el que debe reflexionar sobre el problema de las relaciones de la derecha moderada con la ultraderecha. No hace falta que yo repita el juicio que me merece desde siempre el Frente Nacional", señaló Pujol. "Antes de hacer esta visita a París", siguió, "conversé con el cónsul general de Francia en Barcelona y confirmé que no hay cambios en las relaciones entre el Estado central y esas regiones donde han pactado derecha y ultraderecha". "Una cosa es la condena política", añadió, "y otra es la relación institucional. Yo no soy un simple diputado, soy presidente de la Generalitat, y debo velar por la cooperación entre las instituciones".

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