El que nunca sabe nada
Mario Conde terminó en la sesión del juicio oral celebrada ayer una de las dos fases del interrogatorio que comenzó el pasado 10 de marzo, la correspondiente a las operaciones de presunta apropiación indebida y estafa. Tras declarar en 10 sesiones sobre dichas operaciones, se ha abierto, pues, la segunda y última fase, la de la falsedad en documentos contables.Sólo en un caso la llamada extracción de 300 millones de pesetas de la caja del banco, Mario Conde se desdijo espectacularmente.
Había negado la existencia del hecho ante el juez Manuel García-Castellón durante la instrucción. Y en el juicio dijo que había faltado a la verdad y que el dinero había sido para pagar presuntos servicios del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez ante el Banco de España en el año 1989. Según el ex banquero, Adolfo Suárez fue un fichaje inspirado por su ex asesor y pimpampum habitual, Antonio Navalón. Los 300 millones de pesetas fueron una, contribución en negro al Centro Democrático y Social (CDS).
En todas las demás operaciones, el ex banquero se ha presentado como el que nunca sabe nada. Esto es: se enteró de los hechos concretos durante la instrucción del caso Banesto.
Por tanto, en su declaración se ha presentado ante el tribunal como un intérprete de unos negocios que sólo conoció en detalle tras ser destituido como presidente del Banco Español de Crédito y una vez que leyó los cargos en la querella criminal, en diciembre del año 1994.
En esa mayoría abrumadora de asuntos (Cementeras; Carburos; Oil Dor y Centro Comercial Concha Espina-La Esquina del Bernabéu; Isolux y Promociones Hoteleras, incluyendo la llamada trama suiza), Marío Conde, aún sin conocer en tiempo real lo que ocurrió, se solidarizó con quien las más de las veces, según su propia versión, actuó en el día a día de la entidad: el vícepresidente del Español de Crédito, Arturo Romani
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