El FMI aprueba medidas para reforzar su control sobre las economias de los paises miembros
ENVIADO ESPECIAL El Comité Interino del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha acordado poner en marcha un nuevo sistema de presión progre siva sobre los países que no faciliten información fidedigna sobre su situación financiera. En la reunión se aprobó un código voluntario de transparencia fiscal y presupuestaria. Además se acordó iniciar los trabajos para reforzar su capacidad de supervisión de las finanzas nacionales de acuerdo con los estándares internacionales. El director general del FMI, Michel Camdessus, no ocultó que Japón es su principal preocupación.
Las medidas acordadas por el Comité Interino del FMI son la respuesta a las críticas lanzadas contra el organismo por no haber detectado a tiempo la crisis de los países del sureste asiático. La preocupación sobre la situación en Japón se mantiene y el FMI hizo un llamamiento a que las autoridades cierren los bancos insolventes. Tras la reunión de ayer, el comité declaró que "la valoración sobre ese país había sido acordada por consenso, incluyendo a Japón, y lo importante es que se pongan en claro las medidas a aplicar, y que si hay bancos insolventes se cierren". La previsión es que mientras esto no se produzca, el yen continuará perdiendo posiciones frente al dólar, como ha venido ocurriendo últimamente.
El llamamiento causó un efecto casi imperceptible en el mercado. El yen ganó un 0,0100 unidades frente al dólar y cotizaba a 131,8 por billete verde. Respecto a la Bolsa, Tokio 179,97 puntos, un 1,13%, y se situó en 15.703,80.
La conclusión que se desprende de los acuerdos del comité es que la principal responsabilidad de la reciente crisis recae sobre los países afectados, especialmente. Tailandia, Indonesia (que ayer llegó a un acuerdo con la banca internacional para reestructurar su deuda) y Corea, cuyas bolsas cayeron ayer 1,71%, 2,17% y 3,92%, respectivamente. Se les acusa tanto por ocultar la realidad de sus economías como por la debilidad de sus sistemas de control y supervisión del sistema bancario nacional.
Sin embargo, y a pesar de la insistencia de Michel Carndessus en que la crisis no debe frenar la liberalización del movimiento de capitales, el presidente de turno del comité, el ministro belga de Finanzas, Philippe Maystadt, reconoció que "algunos miembros del comité pidieron que se estudiara la posibilidad de acordar medidas preventivas sobre el movimiento de capitales a largo plazo. En relación con este tema se mencionó el ejemplo de Chile". Este país obliga a depositar, sin obtener interés, un 30% de los préstamos contratados con el exterior y fuerza al capital extranjero a mantener sus inversiones en bolsa por un periodo mínimo de seis meses. En cualquier caso, Maystadt, informó que el comité realizó "una solicitud expresa a su dirección ejecutiva para que refuerce la vigilancia de las corrientes de capital a corto plazo y transfronterizas".
Llamadas de atención
En cuanto a la disponibilidad y fiabilidad de la información, el comité acordó establecer una serie de acciones progresivas que obligen a los países miembros. Según el comunicado facilitado al término de la reunión, "si persisten las deficiencias en la' entrega de información relevante, las consultas [con el país afectado] deberían ser aplazadas", lo que implicaría una advertencia a los inversores inter nacionales de que las cosas no van bien. Asimismo, se acordó ampliar los requerimientos de información fidedigna a nuevas áreas y se reseñó "la importancia de que los países miembros cumplan completamente con las normas establecidas para la difusión de la información" en diciembre de este año. Hasta aquí, según el ministro belga, hubo consenso, pero éste no alcanzó para acordar un sistema de penalización. Respecto al reforzamiento de los sistemas bancarios de los países en desarrollo, el comité acordó "desarrollar estructuras de supervisión en sintonía con las prácticas aceptadas intemacionalmente". El Fondo colabora en este campo con el Banco Internacional de Pagos y su intención es incluir temas como la auditoría, tasación de activos y suspensiones de pagos.
El modelo de intervención desarrollado por el FMI en la recien te crisis asiática y la participación en los rescates de los acreedores privados ha sido otro de los elementos de controversia. Las críticas se han centrado en el hecho de que las cantidades aportadas por el Fondo para evitar el colapso de esos países han servido para evitar que los grandes prestamistas internacionales privados, que continuaron prestando pensando que sus inversiones estaban garantizadas, sufrieran pérdidas. El FMI defiende que la mayoría de esos inversores registraron pérdidas, pero reconoce que los menos afectados fueron grandes bancos.
Sobre este punto, el comité declaró que es "importante que los acreedores, incluyendo los de corto plazo, soporten las consecuencias de sus acciones". Entre las medidas está la posibilidad de que las emisiones de deuda incluyan mecanismos de negociación en caso de retraso en los pagos.
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