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Los extremistas iranies bloquean la apelación del alcalde de Teheran para salir de la cárcel

La detención del alcalde de Teherán, Gholamhusein Karbachí, se ha convertido en asunto de Estado en Irán y en motivo de abierto litigio entre conservadores y aperturistas. Mientras el tribunal de apelaciones de la capital iraní desestimó la demanda contra su detención, el ministro del Interior, Abdolá Nuri, alabó el trabajo de Karbachí al frente de la alcaldía y pidió a sus partidarios que mantengan la calma. Estos, optaron por desconvocar una manifestación para pedir su libertad previstará hoy. Karbachí, que ha recurrido sin éxito contra su detención por un supuesto delito de malversación de fondos públicos, es uno de los principales aliados del moderado Mohamed Jatamí.

Las autoridades judiciales iraníes no sólo han impedido al abogado de Karcbachí que se entrevistara con su cliente, sino que han negado a varios representantes del Gobierno y de organizaciones privadas la autorización para ver al alcalde con el argumento de que las normas penitenciarias prohíben las visitas de personas que no sean familiares inmediatos.Así pues, desde la detención del alcalde hace diez días, su abogado, Bahman Keshaverz, no ha podido ni asistir a los interrogatorios ni ponerse en contacto con él. Para Keshaverz, el sistema judicial iraní no permite que se prive de sus garantías procesales a los detenidos en casos como el del alcalde de la capital, además de que considera que tanto la acusación como los cargos presentados contra Karbachí no son legales.

La esposa de Karbachí, Jair Ul Nesa Askari, y su hija pudieron entrevistarse con él una hora el pasado jueves. Posteriormente, Askari desconvocó una rueda de prensa que tenía previsto celebrar el sábado y dio como motivo que su marido le había indicado que, "si su reclusión sirve para que el régimen islámico perdure, no tiene inconveniente en quedarse en la cárcel para siempre".

El hoyatoleslam Moliseni Ejeie, portavoz del Poder Judicial, señaló que se llevará a cabo un juicio público y en presencia de sus abogados contra Karbachí y Gholarrireza Qobeh, responsable de las áreas administrativa y financiera del Ayuntamiento de Teherán.

La crisis actual muestra el grado de enfrentamiento entre los sectores conservadores y el presidente Mohamed Jatamí quien consiguió, con un programa de apertura interior e internacional, una aplastante victoria sobre los sectores más conservadores, que mantienen el control del Parlamento y del Poder Judicial y, sobre todo, cuentan con el respaldo del ayatolá Alí Jamenei, guía espiritual y líder supremo del país. Jamenei reunió el miércoles pasado a los principales líderes del régimen islámico para parar la crisis planteada tras la detención de Karbachí.

Por su parte la Unión Islámica de Estudiantes Universitarios decidió desconvocar una manifestación ante la prisión de Ervin, a pesar de haber obtenido la autorización del Ministerio del Interior. Diversos medios de comunicación, que representan a los sectores moderados del régimen, ya habían mostrado su respaldo a la convocatoria a favor del alcalde, que, en las elecciones del pasado año, fue uno de los principales impulsores de la candidatura y del programa aperturista de Jatamí.

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