Orden humano y respeto a la vida
Karla Faye Tucker, ejecutada en Tejas; Joseph O'Dell, sentenciado en Virginia; Judy Buenoano, ajusticiada en Florida; Daniel Remeta, muerto en Florida; Gerald Stano, Leo Jones, etcétera. Ya se cuentan por miles las ejecuciones. En unas se emplearon inyecciones letales, y en otras, sillas eléctricas asesinas. A pesar del sinnúmero de peticiones de perdón llegadas de todas partes, sobresalen las voces de los amantes de la ley y del orden humano: "¡Merece morir!, ¡un asesino es un asesino!, ¡el que la hace la paga!, ¡ahorraríamos dinero a los contribuyentes!". Estos gritos ahogan cualquier esperanza de conocer las penalidades pasadas por los condenados a muerte: ¿tuvo alguno en su infancia malos tratos?, ¿vio demasiada telebasura?, ¿algún problema de drogas?, ¿falta de cariño? ... ?El respeto a la vida se extingue a través del corredor de la muerte, donde los invitados esperan ansiosos para disfrutar de su espectáculo gratuito.
Los que estamos menos infectados por el virus tenemos que acabar con el cáncer de una sociedad enferma en valores y que promulga leyes tan perversas. Ojalá el nuevo orden humano y de respeto a la vida de nuestros hijos sea uno regido por el amor.-
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