Irlanda deberá desechar su reclamación del Norte
Si el proceso de paz para Irlanda del, Norte es un rompecabezas, la pieza que está en manos del primer ministro de la República de Irlanda, Bertie Ahern, es dinamita política.Cualquier acuerdo forzará al partido de Ahern a abandonar la histórica reivindicación que quedó escrita en la Constitución de I República Irlanda hace 60 años con la unidad irlandesa como aspiración.
Estos cambios deberán ser aprobados primero por el Parlamento, donde la coalición liderada por el partido Fianna Fáil de Ahern guarda la más estrecha de las mayorías, y después por el pueblo, que tendrá que aprobarlos por más del 50% de los votos en un referéndum. Los intereses en juego son tantos que Ahern prefirió poner el Atlántico entre él y su electorado para hablar de ello.
Estaba amparado por las celebraciones del Día de San Patricio en Estados Unidos cuando dijo explícitamente que su Gobierno buscará próximamente el cambio a esos artículos de la Constitución.
La reticencia de Ahern a reconocer esto después de 20 meses de negociaciones es comprensible, considerando cuánta sangre se ha derramado. El propio padre del primer ministro irlandés luchó en el Ejército Republicano Irlandés (IRA) original.
Dominación británica
Mientras los principales partidos condenan la violencia del IRA actual, todos comparten sus ideales de poner fin a la dominación británica. Los artículos que deben ser enmendados, el 2 y el 3, definen el territorio nacional como una isla entera e implican a los poderes de Dublín en la reintegración".Se espera que cualquier proyecto para redefinir la nación en la Constitución hablará de buscar la unidad sólo con el consentimiento de la mayoría del Norte, que actualmente está dominada por los protestantes probritánicos. Una encuesta de opinión en marzo mostraba que el 49% está a favor de cambiar esos artículos en la Constitución y el 16% está en contra. El 35% condiciona su sí a la puesta en marcha de un amplio plan de paz.
"Cuando yo era niño y crecía en South Armagh, la única visión era que la mayoría de la isla tenía el derecho a decidir", cuenta Rory O'Hanlon, de 64 años, presidente del Parlamento irlandés, del Fianna Fáil. "A lo largo de los años, la cosa ha cambiado. Creo que todos los nacionalistas aceptan que no puedes tener una Irlanda unida sin el consentimiento de la mayoría del pueblo de Irlanda del Norte". Todos los Gobiernos del Fianna Fáil han buscado un acercamiento de Londres sin olvidar como objetivo a largo plazo la unidad irlandesa.
El propio O'Hanlon admite que, pase lo que pase y se acuerde lo que se acuerde, él nunca renunciará a su sueño de la unidad irlandesa.
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