El fiscal culpa de torturas a los funcionarios que apalearon a un cura preso en Ocaña
La fiscalía de la Audiencia Provincial de Toledo acusa a tres funcionarios de la prisión de Ocaña I de un delito de torturas por su implicación en la paliza recibida el pasado julio por el sacerdote Dionisio A. D., natural de Valladolid, que cumplía condena en dicho establecimiento penitenciario por corrupción de menores.El fiscal jefe de Toledo, Miguel Ángel González Blanco, explicó ayer en rueda de prensa que en sus conclusiones provisionales solicita que se imponga a los implicados un total de tres años de prisión y nueve de inhabilitación absoluta. Según el fiscal, dos de los tres acusados tuvieron participación directa en la agresión, mientras que el tercero se limitó a presenciar los hechos y no hizo nada por evitarlos.
La agresión se produjo a finales de julio del año pasado, cuando dos funcionarios entraron en la celda de Dionisio A. D. y le trasladaron por la fuerza a otra dependencia de la prisión, donde le propinaron una paliza. El director de la cárcel dio cuenta de lo ocurrido al juzgado de Ocaña, mientras que el director general de Instituciones, Ángel Yuste, ordenó que los dos funcionarios fueran trasladados al servicio de puertas para evitar que tuvieran contacto con los reclusos. Hace tres meses, uno de ellos fue suspendido de empleo y sueldo, tras tener un incidente con el jefe de servicios del centro el pasado 25 de diciembre.
El religioso cumplía una condena de dos años de reclusión que le fue impuesta en julio de 1994 por la Audiencia de Badajoz por un delito de corrupción de menores cometido con un joven de Valdecaballeros.
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