_
_
_
_

El Barça entona medio 'alirón' en sevilla

Dos servicios de Figo desde el córner permiten a Giovanni y Rivaldo 'noquear' al Betis

El Betis no puede con el Barcelona. Da igual que lo entrene Cruyff, Robson o Van Gaal. Siempre se le atraganta. En la Copa y en la Liga. Dos saques de esquina con la firma de Figo pusieron en bandeja los goles de Giovanni y Rivaldo. Y el Barcelona se va 11 puntos del Madrid, a falta de 18. La Liga, a punto de caramelo.Una orquesta brasileña dirigida por un portugués. Van Gaal ha sabido sacarle provecho a esta versión balompédica del Tratado de Tordesillas. Detrás, Nadal dirige la orquesta holandesa de Reiziger y Bogarde. Nadie le tose a Van Gaal por alinearlos. Lopera hizo penitencia sin tener que salir a ver procesiones.

No hay ruido de fondo, porque sólo se juega este partido, la pieza que le faltaba al puzzle de la Liga. Las diferencias en la tabla y en la balanza de las aspiraciones no empañan la igualdad conceptual del partido. Dos buenos equipos de fútbol que dirimen en un diferido directo esta cuenta pendiente. En diciembre, el Betis estaba en muchos sitios, en misa y repicando. El Barcelona estaba en misa, pero el campanero se había ido de vacaciones.

Más información
Individualidades y ambición
Van Gaal: ''Aún no somos campeones"

Llegan fuertes los dos y esa fuerza se libera en los primeros compases en balones altos. Por lo bajo hay muchas trampas, mucha sapiencia balompédica. El partido pierde en vistosidad. A estas alturas de la Liga, no corren buenos tiempos para el espectáculo. Para eso está el Mundial.

El Betis jugaba su segundo partido consecutivo en Martes Santo y trazaba una cruz en el mapa del encuentro. De Otero a Jarni, de Fernando a Finidi. El ritmo trepidante del partido entra en un paréntesis tras el fuerte choque de dos viejos amigos: Finidi contra Bogarde. Vuelta a empezar.

Los béticos echan en falta a Alfonso, aunque les consuela que en el Barça no esté Ronaldo. Pero sus compatriotas si juegan. Hay muchos miedos en el campo. El síndrome del alirón, en el caso del Barça; el pánico a dilapidar esta herencia de tres puntos, pues así ha funcionado esta asignatura pendiente en el subconsciente bético durante los cuatro meses que ha manejado este partido. convertido en hipótesis de trabajo.

La arquitectura del partido es un poco plomiza. Paredes y faltas. El Betis sale a por el partido tras el descanso. El Barcelona se suma también a la fiesta. Los defensas son vigilantes jurados. Nadal frena a Fernando; Olías, a Luis Enrique. El partido entra en un totum revolutum; una revolotera, en román paladino. Los porteros siguen la trama con distanciamiento brechtiano. Hay muchos personajes, pero poca acción. La culpa será del guionista. Quieren contar muchas cosas pero no pasa nada. Cañas falla ante Anderson y Merino está a punto de batir a Prats. Se invierten los papeles. Es el preludio del gol de Giovanni. De cabeza decapita al Betis. De córner, naturalmente. Ya hay argumento, aunque no le guste al público. Un gol que significa un puente de 11 puntos sobre el Madrid. Augurio de alirón.

El Betis reacciona con un disparo de Finidi que despeja a córner Hesp. El Barça entró en el partido a instancias de la mordiente del Betis, que hizo de liebre. El gol de Giovanni rompe los miedos. Cuéllar no llegó por centímetros a un pase de gol de Oli. Figo crea un espacio imposible para Anderson. Un córner que nuevamente precede al segundo gol del Barcelona. Con la batuta de Figo en el lanzamiento y el oportunismo de Rivaldo en el gol.

El Betis le dio la Copa al Barcelona en junio pasado y ayer sólo le faltó hacerle el paseíllo de la Liga.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_