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La mayor eléctrica del mundo, moneda de cambio en la crisis política rusa

, La dimisión de Borís Brevnov, de 29 años, como director ejecutivo de Sistemas Eléctricos Unificados (SEU), en la que el Estado tiene mayoría, ha convertido a la principal compañía eléctrica del mundo en moneda de cambio de la crisis política rusa. La solución está pendiente de que la Duma (Cámara baja del Parlamento) se pronuncie sobre la candidatura de Serguéi Kiriyenko, de 35 años, como nuevo primer ministro. Por la puerta abierta por Brevnov puede entrar el ex vicejefe de Gobierno Anatoli Chubáis, de 42 años, considerado en Occidente garantía de las reformas, pero destituido por Borís Yeltsin el 23 de marzo.

La batalla que se libra en torno a SEU convierte casi en una tontería la afirmación de Brevnov de que su dimisión evitará que se politice la situación en la compañía. Él era un hombre de Borís Nerntsov, el otro cachorro reformista, junto a Chubáis, del pasado Gobierno. Este joven ex banquero fue ya objeto en enero de un golpe de estado interno lanzado por la vieja guardia de SEU, que le acusó de corrupción.La operación, que fue desactivada, tuvo como cerebro a Anatoli Diakov, que dirigió la compañía en tiempos soviéticos y que seguía siendo presidente del consejo de directores. Aquel atrevimiento, síntoma de la pugna entre reformistas e inmovilistas, le ha costado la cabeza. La junta de accionistas, reunida ayer, y en la que los representantes del Gobierno hicieron valer su mayoría, decidió el relevo de Diakov por Víktor Kudriavi, viceministro de Energía y próximo a Kiriyenko.

La junta, que renovó el consejo de directores, de 15 miembros, acordó asimismo incluir en este órgano al propio Brevnov y a Chubáis, pese a que el primer ministro en funciones había descartado unos días tal posibilidad porque el vicejefe de Gobierno ya no es un miembro de la Administración. Sigue en pie la principal incógnita:, quien releverá a Brevnov. Los candidatos mejor situados parecen el ex ministro de Energía Piotr Rodiónov y el propio Chubáis, que echaría así por tierra las especulaciones que le daban como muerto políticamente.

Las posibilidades del ex vicejefe de Gobierno se basan en su demostrada capacidad de utilizar recursos económicos con fines políticos. SEU puede ser una palanca de poder tan importante como Gazprom, la principal empresa gasística del mundo, lo fue para Víktor Chernomirdin, defenestrado también como primer ministro pero que ya ha anunciado que aspira a llegar al Kremlin el año 2000. Chubáis, que dirigió con éxito en 1996 la campaña de Yeltsin para la reelección, utilizaría probablemente ese trampolín para volver a apoyar al actual presidente o al candidato que él apoye.

El sucesor de Brevnov no se conocerá hasta que haya nuevo Gobierno. El nombramiento ahora de Chubáis sería una bofetada a la Duma, que le odia hasta el paroxismo. Más probable parece que la cuestión se utilice durante como moneda de cambio a la hora de negociar una solución a la crisis. Aunque, si todo va como en otra ocasiones, lo más probable sera que Yeltsin termine imponiendo a Kiriyenko, sometiendo a la Duma a cambio de tan sólo concesiones cosméticas.

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