"La television es un teatro extraño"
Quienes asisten al rodaje de la nueva serie de Tele 5 notan que Ángela Molina -delgadísima, sensible- está muy en situación con la monja que le ha tocado ser en el reparto de Hermanas. Las historias se están fraguando en un gran convento de ficción creado en una nave del pueblo madrileño de Sevilla la Nueva y se materializarán en pantalla después de Semana Santa. Su personaje (la ex misionera Angela) es complejo, tiene un pasado turbulento, y la actriz está descubriendo los pliegues del hábito a medida que rueda. "Más que una monja me siento como una colegiala", dice, con una dualidad entre descreída y volcada en la atmósfera divina. Es su primera experiencia televisiva en España, pero ya le está cogiendo el gusto al medio y disfruta con sus compañeras de reparto de una complicidad "en plan mosqueteras".Pregunta. ¿Se está acostumbrando al personaje?
Respuesta. Me siento bien, y me hace mucha gracia. Es una mujer bastante rara, pero me gusta que los personajes me sorprendan. Es muy crítica con las situaciones de la vida, va muy a fondo. Es muy humilde, y entiende la vida con la pasión del corazón. Me he creado un personaje que para televisión es muy difícil, porque es muy realista, pero al mismo tiempo tiene un lado volao. Es una persona muy mística.
P. ¿Y usted es mística?
R. No. Yo amo a Dios apasionadamente, con todo mi corazón, como vivo la vida, pero no soy mística.
P. ¿Los personajes de la serie son creíbles?
R. No sé, yo al menos me los creo, aunque me es difícil, porque son monjas, aunque nosotras tratamos de que primero sean seres humanos. Es un juego y cada una lo juega a su manera.
P. ¿A ritmo de comedia?
R. Hay algunas hermanas que son de troncharte de risa. Yo estoy trabajando para que mi personaje llegue al corazón de la gente, hablando de cosas que todos sean capaces de reconocer y al mismo tiempo piensen "qué a gustito se vive con el amor de Dios". Son temas difíciles de tocar, porque son como el aire, que los respiras y no te das cuenta.
P. Usted ha dicho que le gusta hacer trabajos que sus hijos puedan ver. ¿Esta serie cumple los requisitos?
R. Sí. Es una serie que yo también me sentaría a verla, porque muestra una mentalidad pura y te crea muchas cuestiones, te va haciendo indagar sobre cosas que a lo mejor ni te imaginas y que son las más sencillas del mundo. Si tenemos éxito sería una preciosidad, sería un milagro. No me interesan las religiones, me interesa cada ser y su trascendencia. Dentro de esta religión, como dentro de cualquier otra, siempre va a haber hombres y mujeres interesantes que van a hacer las cosas de corazón y den prioridad a las necesidades de los más. Hay gente e merece mucho respeto y admiración, pero hay otro tipo de cosas de la iglesia católica que me parece que están caducas y que son una calamidad.
P. Es todo un reto que haya escogido este tema para su primera teleserie en España.
R. Sí, es mi estreno en España. En Italia trabajé con Rossi y con Bolognini e hicimos cosas muy interesantes. Aquí nunca había surgido una serie de televisión porque nunca me la habían ofrecido. Me imagino que por mi trayectoria pensarían que estaba en otra cosa, y el actor está donde se le necesita, sin importar el medio.
P. Ha hecho un centenar de películas en 25 años. Una larga carrera que empezó pronto, a los 16 años (ahora tiene 42). ¿Qué le supone la televisión?
R. Supone estar más cerca de la gente. Muchos me tienen cariño por mi padre, por lo que él ha dejado sembrado, y eso es una maravilla para mí. Y hay otras personas que me conocen pero no van al cine porque no pueden o no quieren o están más a gusto en su casa... y no han visto mis películas. Es muy bonito entrar en sus casas, y que me den esa oportunidad es algo muy de agradecer.
P. ¿Qué le queda por hacer profesionalmente?
R. Yo estoy empezando. De verdad. El arte está vivo, nunca puedes decir que lo sabes todo. Me gusta arriesgarme continuamente, y ahora mismo lo que hago es una incógnita. A lo mejor es un personaje que gusta. No sé, en la televisión me veo rarísima. Pero estoy contenta. Es una nueva experiencia, un trabajo curioso que me está enseñando muchísimo. A mí la televisión me parece otra dimensión, algo tan real y tan cercano que es un teatro extraño.
P. Ante los problemas del cine, ¿es la televisión un refugio para los actores?
R. La televisión es un refugio y una salvación. No está el cine español para tirar cohetes, aunque yo tengo mucha fe y creo que vive un periodo de crisis transitoria. Si mientras tanto se crean series interesantes y que hagan que todo siga funcionando bien, es positivo.
P. ¿Ha dejado proyectos de cine por ir al convento?
R. Sí, pero merece la pena, porque cada cosa tiene su momento y ahora estoy aprendiendo mucho con esto; es muy diferente un medio de otro. En cuanto termine con la serie, en verano, iré a rodar a Argentina un película autobiográfica de Norma Aleandro.
P. En esta serie trabaja totalmente en hermandad con Mónica Molina. ¿Han pensado los Molina en hacer una serie sobre la vida de su padre, Antonio?
R. Pues nos sentimos con una especie de deuda con ese público que quería a mi padre. Creo que con una serie sobre él iban a disfrutar muchísimo. Es una vida que podría haber sido escrita por Cervantes. Más voluntad, más valor y más gracia para salir de la miseria y creer en el arte que uno lleva dentro no hay. Es una obra deliciosa que está ahí por enseñar. Mi hermano Miguel escribe muy bien y ha hecho ya dos versiones de esta historia. Estamos trabajando en ella desde hace tiempo, la hemos revisado ya con guionistas. El proyecto ha dado muchas vueltas, pero no es fácil llevarlo a cabo, creo que cada uno de nosotros haría una película diferente; tenemos que encontrar el punto en que a toda la familia nos parezca que tenga significado. A lo mejor termino produciendo la serie cuando tenga 60 años y hago de abuela de mi padre.
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