La puerta noreste de Madrid estará bajo tierra

Los viajeros que lleguen a Madrid en autobús por el noreste entrarán a la ciudad a través de un túnel que unirá la N-II con una multiestación situada bajo la avenida de América. La Comunidad adjudicó ayer a un grupo integrado por siete empresas la construcción de esa infraestructura, que comenzará en un mes y será inaugurada el verano de 1999. Se trata, a juicio de Luis Eduardo Cortés, consejero de Obras Públicas y Transportes, del intercambiador "más importante de Madrid". El consejero resaltó que la administración no pone "ni un duro" de los 3.500 millones que costará construir sus cuatro plantas subterráneas. Para recuperar la inversión se concede a las empresas la explotación por 25 años. Cada autocar tendrá que pagar 1.200 pesetas por entrar o salir, y las líneas interurbanas que lo usen, 10 pesetas por viajero. Por ello, PSOE e IU afirmaron ayer que será el usuario el que acabe pagando el intercambiador.

La futura multiestación de la avenída de América dará servicio a los autobuses de largo recorrido que proceden de todo el cuadrante noreste, las siete líneas interurbanas del corredor del Henares, cuatro líneas de metro (4, 6, 7 y 9) y tres de la EMT (la 114, la 115 y la 72). En total, 170.000 viajeros, según datos del Consorcio Regional de Transporte, transitarán cada día por las tres plantas previstas en la multiestación (la cuarta es un aparcamiento privado). Según Cortés, esta infraestructura, (que tardará en construirse 15 meses, estará en funcionamiento en el verano de 1999. El edificio, de 40.000 metros cuadrados subterráneos, tendrá toda la superficie como zona ajardinada.Para el consejero, "la fase dura de las obras" se hará en julio y agosto. Aun así, Cortés, que definió el intercambiador como "el más importante de Madrid y más funcional, incluso, que el de Moncloa", reconoció que el tráfico de la zona se verá afectado.

Cuatro plantas

La UTE (unión temporal de empresas integrada por ACS, Ferrovial, Cobra, Continetal Auto, Trapsa, Prointec y Banco de Negocios Argentaria) que gestionará esa infraestructura ha sido la única oferta que se ha presentado al concurso convocado por la Comunidad y tendrá la concesión del edificio durante 25 años, excepto en las plazas de aparcamiento, que se amplía a 50 años. La empresa Continental trasladará a la avenida de América las instalaciones que tiene actualmente en la calle de Alenza, junto a la glorieta de Cuatro Caminos.Dividida en cuatro plantas, todas ellas bajo tierra, la multiestación contará en el primer sótano con 18 dársenas para los autobuses de largo recorrido. Éstos tendrán que abonar, una tasa de 1.200 pesetas por cada entrada o salida. Las siete líneas interurbanas, que tendrán sus paradas en 20 dársenas del segundo sótano, abonarán 10 pesetas por viajero.

Para facilitar el acceso de esos vehículos del corredor del Henares, el intercambiador estará unido directamente con la N-II mediante un túnel de dos carriles (uno de entrada y otro de salida) de 800 metros de largo.

Luis Eduardo Cortés destacó durante la presentación del futuro intercambiador la ausencia de dinero público en la operación: la Comunidad no pagará "ni un duro", dijo. El consejero eludió concretar si el coste del intercambiador puede implicar un aumento del precio de los billetes: "el puro devenir de las cosas lo irá diciendo". A su juicio, las empresas pueden recuperar el coste del servicio porque "van a ahorrar tiempo y dinero con él". El centro contará también con locales comerciales en la primera y la tercera planta, que puede alquilar, así como un aparcamiento de rotación de 263 plazas y otras 402 plazas de aparcamientos para residentes. Estas están ubicadas, en la planta más baja (la cuarta) y se pondrán a la venta por 1,6 millones.

Tarde y mal

Aun así, los representantes de la oposición (PSOE e IU) en el Consejo de Administración del Metro y en el Consorcio Regional de Transportes no dudan de que habrá una repercusión de los costes sobre los usuarios. "Es la primera vez que se hace una multiestación sin dinero de la Administración, y su función como intercambiador va a ser escasísima. Tenía que haberse ubicado en Canillejas. Llega demasiado tarde, está demasiado dentro de Madrid y es demasiado privada. A la larga, sus costes acabarán traduciéndose a las tarifas y encareciendo el trasporte", dice el concejal socialista Eugenio Morales.Justo Calcerrada, de IU, se muestra también contrario a una financiación privada. "Son las cosas que hace la Comunidad: diseña el proyecto y hace la adjudicación sin transparencia alguna a empresas privadas. En esa zona no hay demanda para aparcamiento de residentes, y el coste va a repercutir al final en los usuarios. El dinero saldrá de la EMT".