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Reportaje:

Don Ramón no habla gallego

La traducción de Valle-Inclán al gallego divide al mundo intelectual

Xosé Hermida

El Día Mundial del Teatro se conmemoró ayer en Galicia bajo fuego cruzado. Intelectuales, gentes del mundo de la escena y el Bloque Nacionalista Galego (BNG), primer partido de la oposición, han protestado enérgicamente por la iniciativa del Gobierno autónomo de apoyar la representación, por vez primera en los 14 años de historia de su Centro Dramático Galego (CDG), de cuatro obras en lengua castellana. Las piezas teatrales fueron escritas por un vecino de Vilanova de Arousa (Pontevedra) que se hizo llamar Ramón María del Valle-Inclán y cuyos herederos se niegan tajantemente a que el ilustre manco y cumbre de las letras hispanas sea traducido al idioma de Rosalía de Castro.El más grande escritor gallego de todos los tiempos sólo escribió tres poemas en gallego. "Curiosamente", advierte el escritor Suso de Toro, "menos que García Lorca", quien, inspirado por un viaje a Galicia, compuso media docenas de piezas en un idioma que no dominaba. Pero el lugar de nacimiento no es en Valle una simple anécdota geográfica: sus personajes, su atmósfera y su personalísima lengua literaria supuran galleguidad por todos los poros. Don Ramón no sólo utilizaba palabras gallegas, sino que inventaba vocablos castellanos traduciendo del gallego con heterodoxa literalidad.

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Por alguna razón nunca del todo aclarada, su hijo Carlos se ha negado siempre a que la obra de su padre, traducida en todo el mundo, pueda ser leída o representada en el idioma distintitivo de la tierra donde nació. Cuando se fundó el CDG, ya hubo un intento de que su primer montaje fuese una versión gallega de Divinas palabras, pero nadie logró doblegar la pertinaz resistencia de los herederos de don Ramón. Ahora, el organismo teatral dependiente de la Xunta ha decidido dar el paso y promover, en colabora ción con el Centro Dramático Nacional, la puesta en escena de la obra de Valle respetando la voluntad de su familia. El próximo 14 de octubre se estrenarán en Santiago de Compostela, en una representación conjunta que durará más de tres horas, cuatro piezas que el creador del esperpento ambientó en su tierra natal: Ligazón, El embruja do, La cabeza del bautista, y Las galas del difunto.

Las primeras voces de protesta partieron del Bloque Nacionalista Galego (BNG), pero la polémica subió de tono el pasado miércoles, cuando la Mesa pola Normalización Lingüística, que aglutina a colectivos en defensa del gallego, presentó un manifiesto suscrito por 250 ac tores e intelectuales, entre ellos algunos de los más reputados literatos del momento, como Manuel Rivas, Xosé Luis Méndez Ferrín, Suso de Toro o Ramón Lourenzo, último premio nacional de Teatro. "Desde fuera puede que alguien interprete esto como una muestra de integrismo, pero se trata de todo lo contrario", explica De Toro; " yo soy de la opinión de que no es necesario traducir a Valle, y nadie se opone a que se represente en castellano. Lo que ocurre es que se están desviando fondos públicos destinados al teatro gallego, porque para eso fue fundado el CDG".

De Toro, como los firmantes del manifiesto, arremete contra Carlos del Valle-Inclán, quien hace años obtuvo el título de marqués de Bradomín, el feo, católico y sentimental protagonista de las Sonatas. "Su actitud sí que es sectaria, tal vez producto de algún complejo", apunta De Toro. Aunque no todo es unanimidad entre los intelectuales. El catedrático Xesús Alonso Montero defendía ayer, en un artículo publicado en La Voz de Galicia, la iniciativa del CDG. Sófocles o Goethe, apuntaba, sí deben ser traducidos al gallego, porque el público mayoritario no conoce sus idiomas, originales, pero Valle-Inclán es un caso aparte, una mezcla de gallego y castellano que resultaría absurdo traducir. "Divinas palabras", sostiene Alonso Montero, "no fue, escrita literalmente en castellano; fue escrito en un dialecto artístico construido a partir del castellano y de significativos elementos de la lengua gallega".

Los críticos temen que éste sea el primer paso para que el CDG abandono el monolingüismo cultivado en sus 14 año de existencia. "Será una excepción, y creo que Valle merece la pena de romper la norma" tranquiliza el director del organismo, Manuel Guede. El Valle en gallego deberá aguardar a que expiren los derechos de sus herederos. Más o menos, calcula Guede, en el año 2036.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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