Impotencia
Soy una enfermera que el pasado día 14 de marzo acudió a la Universidad Carlos III para realizar un examen que llevaba meses esperando. Lo que tuve que experimentar en una de las aulas del edificio Campomanes fue simplemente dantesco.Después de más de dos horas de espera desde la hora de convocatoria (las diez de la mañana) hasta que llegaron al aula los exámenes, una tras otra fueron las irregularidades que se cometieron, no pequeños errores, sino altercados con peso suficiente para haber anulado el examen en el mismo momento: las cajas de los exámenes llegaron abiertas; una vez iniciado el examen, se nos interrumpe para comunicarnos que hay compañeros que no tienen ejercicio; entradas y salidas de todo tipo de personas en el aula, y, después de un buen rato de comadreo total, un miembro de Comisiones Obreras nos insta a que prosigamos con el examen como si tal cosa. ¡Alucinante! Y yo me pregunto: 3.000 pesetas por derechos de examen no son suficientes para poder hacer un ejercicio con un mínimo de organización? Hablamos de la Comunidad Autónoma de Madrid y de un examen de oposición en el que las personas como yo teníamos puestas muchas esperanzas.
Desconozco qué ocurrirá y qué opción tomará el responsable de tan desagradable espectáculo, pero comprobar los fallos tan desconsiderados del sistema me obliga a dudar, a una edad bastante temprana (tengo 25 años), de la legalidad de entidades sobre las que se sustentan nuestras vidas y nuestras ilusiones. Por eso me siento impotente. Al menos espero que mi queja no caiga en saco roto y no vuelva a producirse algo semejante con temas tan serios en sucesivas ocasiones.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.