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Conde dice que usó parte de la "comisión" de las cementeras sin saberlo

El ex presidente de Banesto Mario Conde declaró ayer haber recibido, sin saberlo, dinero originado en la llamada Operación Cementeras que debería, en teoría, ser destinado a pagar una comisión por intemediación en la división del grupo cementero que compartían Valenciana de Cementos (familia Serratosa) y Banesto en marzo de 1990. Conde aceleró la marcha del ventilador, al reiterar que Francisco Palomino, "cuñado del anterior presidente del Gobierno", Felipe González, mantuvo 127 millones de dinero negro en Banesto.

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"Vamos a decirlo ya", sentenció un Mario Conde gesticulador, sentado sobre el bordillo mismo de su silla, casi con las rodillas en el suelo de la sala. "Francisco Palomino Romera, cuñado de Felipe González, tenía 127 millones de pesetas de dinero negro en 1989 [ ... ] Don Mario Conde", dijo el ex banquero de sí mismo, en tercera persona, "no fue informado del dinero negro de don Francisco Palomino Romera. El entonces consejero delegado, tampoco", añadió. Conde nombró otras tres veces a Palomino. "Francisco Palomino Romero cobró 400.000 pesetas en el último segundo", narró.El ex banquero recordó que algunos talones que se le atribuyen se mezclaron en una bolsa precisamente con los de Palomino. "Y el silencio en las diligencias ha durado hasta hoy", dijo Conde. El presidente del tribunal, Siro García, le interrumpió: "Y lo que es abso lutamente seguro es que usted lo declaró aquí el otro día".

En efecto, Conde habló de la existencia de los talones atribuidos a Palomino en la sesión del juicio del 17 de marzo. Fuentes próximas al ex banquero confesaron que éste quedó decepcionado al no ver, en grandes titulares, el nombre del cuñado de González.

El ex banquero, descolocado

Ayer, el letrado José Antonio Jiménez, de Banesto, puso en aprietos al ex banquero. Según un informe de Conde, recogido en acta de la comisión ejecutiva del 13 de marzo de 1990, "hay que comenzar a pensar en dar por concluidas, las conversaciones mantenidas con este grupo [Aker, de Noruega], debiendo Banesto continuar el estudio de otras alternativas", en relación a la división del grupo cementero con la familia Serratosa. El ex banquero se quedó descolocado. Hasta entonces había hablado de un "pacto" alcanzado el 16 de marzo de 1990 entre Romaní y Emilio Serratosa, lo que no cuadraba mucho con el empantanamiento descrito en la comisión ejecutiva de tres días antes. El citado pacto, según Conde, se logró al obtener Romaní la ayuda de un grupo panameño.Ayer, Conde, a preguntas concretas sobre el uso de fondos procedentes de la Operación Cementeras, aceptó haber utilizado parte de ellos como préstamos de Data Transmission y en una operación de compraventa de terrenos en 1994. Pero añadió que todo lo había organizado Romaní.

José Rofes Mendiolagaray, abogado de Romaní, no hizo a Conde preguntas que denotaran separación alguna entre Conde y Romaní aun cuando utilizó cierto tono de distancia. Al término de la sesión, Rofes entró en la sala de togas, que es donde ahora recala Conde en los tiempos muertos, al ser transportado desde Alcalá Meco o al esperar su traslado.

Más teatral fue el interrogatorio entre el letrado Víctor Manuel Seligrat, en nombre de Data Transmission Systems y Montilsa, y el ex banquero. Una agresividad exagerada de Conde indica dos posibilidades: teatro puro o, simplemente, dejar constancia de que él, Mario Conde, no conoció la trama panameña, que habría sido obra de su subordinado Romaní.

Por último, cuando llegó el turno a Juan Sánchez-Calero, abogado de Conde, se pudo saber quién es el verdadero abogado del ex banquero en este caso. Sánchez-Calero no hizo una sola pregunta.

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