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Blair ya no es tan 'guay'

Los jovenes y los artistas que apoyaron al primer ministro británico le abandonan

En sus años de Oxford la melena ondulada le caía sobre los hombros, tocaba la guitarra eléctrica en el grupo Ugly Rumours, y hay quien dice que hasta se fumaba algún que otro porro. Tras su triunfal llegada al 10 de Downing Street hace casi un año, sus primeros huéspedes fueron grandes rocanroleros del calibre de Noel Gallagher. Pero hoy Tony Blair, el primer ministro británico, de 46 años, de pronto ya no es cool (enrollado, guay). Tal es el desastroso veredicto de los máximos exponentes del Britpop, desencantados con el nuevo laborismo que ayudaron a diseñar. En un giro que alarma al Gobierno, los jóvenes artistas británicos se sienten traicionados por Blair. Dicen que se ha olvidado de sus promesas y le acusan de comportarse como un "tory blando".Es un resentimiento que entraña lo que el analista político Martin Jacques describía hace dos días como "el principio del fin de Cool Britannia [algo así como la Gran Bretaña guay]". Ése fue un rótulo acuñado por la revista estadounidense Newsweek cuando Blair, innovador, receptivo y sobre todo joven, navegaba en la cresta de la popularidad europea semanas después de su victoria electoral en mayo pasado.

Para sorpresa de Blair, el mismo establishment pop que él agasajó asiduamente en Downing Street ha pasado a la ofensiva. "Los besos se han convertido en escupitajos", apuntaba esta semana The Economist.

Todo comenzó cuando la, revista New Musical Express (NME), la biblia de la industria discográfica, salió a las calles con un retrato de Blair con el provocativo titular de "¿Alguna vez te has sentido engañado?". Según NME, la respuesta es afirmativa en el más amplio espectro del Brilpop y esto queda ilustrado con el sentimiento de frustración artística entre 24 grandes de la música británica contemporánea, incluyendo Jarvis Cocker, de Pulp; lan Broudie, de Lightning Seeds, y Bobby Gillespie, de Primal Scream. La NME se hace eco de las protestas contra planes laboristas que van desde la imposición del toque de queda para adolescentes a los costes de inscripción en las universidades. También se estrella contra la renuencia gubernamental a abrir el debate sobre las drogas. "Todo esto es bastante decepcionante", dijo Jarvis Cocker a NME. "Son peor que los tories. Por lo menos con ellos sabíamos a qué atenermos", agregó. Un portavoz de Downing Street dijo ayer para Blair el hecho de que tanto joven se sienta desilusionado por el Gobierno es inadmisible.

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