González no cree que el modelo de transición español sirva para Serbia

El recientemente nombrado mediador internacional en la crisis de Kosovo, Felipe González, tiene dos certezas a antes de iniciar su misión: que el modelo de la transición española no es exportable a Yugoslavia -"son realidades distintas"- y que cualquier solución política para los kosovares pasa necesariamente por la democratización de toda la zona. La base del trabajo será el informe que él mismo redactó en diciembre de 1996 para la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa (OSCE), con ocasión del fraude electoral en las municipales serbias.

González se encuentra en la fase de recabar datos. Ayer, recién llegado de Nueva York de entrevistarse con el enviado estadounidense en los Balcanes, Robert Gelbard, se reunió en Madrid con el secretario general de la OTAN, Javier Solana, quien le informó con detalle de su viaje de la semana pasada a Bosnia y Albania. El ex presidente del Gobierno español no sabe aún cuándo podrá comenzar su trabajo en la zona. "Esa es una gran interrogante, la pregunta del millón", respondió.Felipe González tampoco se quiso pronunciar sobre la actitud del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, que aún no ha aceptado formalmente la mediación internacional, o informar de si ha mantenido contactos con él para definir los cauces de la misión. "Hay ciertas respuestas que no debo dar", dijo. González reiteró que no se siente ni optimista ni pesimista. Recuerda, para sostener su extrema precaución, la historia reciente de Yugoslavia, sobre todo desde 1988, con las guerras de Eslovenia, Croacia y Bosnia. "Hay que ser cautos".

El ex presidente del Gobierno español, que calificó los acontecimientos ocurridos en Kosovo de "terribles", aseguró que la comunidad internacional es consciente del peligro de extensión del conflicto: "Es algo que está en la mente de todos". González considera que es imprescindible ir más allá del propio "efecto arrollador" de la noticia, en busca de una solución global. Por eso citó su informe de diciembre de 1996 "como base [actual] de trabajo". En ese informe, encargado también por la OSCE con ocasión del fraude electoral de las municipales serbias, recomienda cambios democráticos en Serbia y Montenegro. A su lado, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, apuntó: "Tenacidad no nos va a faltar". Solana insinuó el sábado en un programa de televisión que la selección de los colaboradores de González (algunos de los redactores de la Constitución española) era un prueba de por dónde irá la misión. Ayer, González no quiso pronunciarse sobre ese punto. Pero sí dejó claro que la futura autonomía de Kosovo debe enmarcarse dentro en una serie de cambios políticos en la región.

Sobre los apoyos recibidos -su nombramiento parte del Grupo de Contacto, la OSCE y la propia Unión Europea-, González dijo que era buena "la convergencia" de esfuerzos.

El ex presidente del Gobierno no perdió la oportunidad de ironizar sobre la coincidencia de personalidades españolas en los Balcanes. Solana, en la cúpula de la OTAN; Carlos Westendorp como representante internacional en Bosnia, y él mismo como mediador en Kosovo. Y adelantó que un cuarto español, de quien no dio datos, será elegido en breve para otro puesto de relevancia internacional.