El Marquina gasta 400 millones en su reforma

No queda ni un foco de su etapa anterior. El teatro Marquina bajó el telón en junio de 1996. Poco después, la piqueta y un ejército de albañiles hicieron desaparecer todo su interior. Es el único teatro de Madrid que se ha tirado por completo y se ha rehecho de nuevo. Las obras han durado un año y medio y han supuesto una inversión de 400 millones de pesetas. El Marquina vuelve a abrir sus puertas el próximo día 17.

La nueva etapa del teatro Marquina comienza su andadura con Master Class, una obra de Terrence McNally protagonizada por Nuria Espert y dirigida por Mario Gas que relata la ajetreada vida de la cantante de ópera María Callas. De los 400 millones invertidos en las obras de reconstrucción, el Consorcio para la Rehabilitación de Teatros ha aportado 70, correspondientes a las convocatorias de tres años. Se trata de la mayor inversión realizada en Madrid para la reforma de un teatro.Mármol, espejos y "una sinfonía de rojos", según la definición de su propietario, Alejandro Colubi, es lo que predomina en la nueva sala. Este empresario se lanzó a una reforma por todo lo alto y no ha reparado en lujos. Como las butacas para el público, que son de madera, un detalle que encarece notablemente la factura final. "Pero pensamos que el teatro es algo noble y desechamos las típicas butacas de cine que se ponen ahora en los teatros", dice el empresario.

Los artistas también se beneficiarán de estos lujos: en los 13 camerinos con que cuenta la sala se ha introducido una buena pieza de mármol que hace las veces de tocador. "Nos habíamos planteado poner la parte técnica al día. Había ciertos problemas de humedades y queríamos ampliar el vestíbulo. Cuando vimos que era tan gordo lo que queríamos hacer, decidimos tirar todo", explica.

Como antiguas conchas

El nuevo Marquina es el único teatro de Madrid en el que la cabina de luz y sonido está colgada del techo, de forma que sólo se ve desde el escenario. "Es como las antiguas conchas del apuntador, pero en el techo", señala Colubi. La reforma del escenario y sus aspectos técnicos han sido la parte más cara de la obra (100 millones).El peine (la parte alta del escenario de la que cuelga la escenografía) es metálico. Se ha introducido un sistema de poleas que pueden ser manejadas con la fuerza de un solo brazo. Las luces y el sonido están completamente informatizados y cuentan con todos los avances.

Para la nueva imagen del teatro se ha optado por una línea moderna. Las paredes se han forrado con unas telas que sólo se fabrican en Francia y cuentan, como la práctica totalidad de sus elementos, con la máxima protección contra el fuego.

Camerinos, cafetería, vestíbulo, servicios... todo ha sido objeto de reforma. El teatro Marquina ha abierto cuatro puertas al exterior y está diseñado de tal manera que se podría evacuar en sólo medio minuto.

Lo que no ha variado es el aforo: 500 butacas. En cuanto a la programación, se seguirá apostando por "espectáculos de mucha calidad" y por "dar oportunidades a gente nueva", según indica Colubi.