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'Piano' es suave

El Centro de Profesores de Colmenar organizó ayer un concierto didáctico para 900 escolares de cuatro municipios

Las sopranos Lourdes Arranz y Teresa Garrido, las contraltos Leticia Álvarez y Mercedes Hernández, los tenores César García y Enrique González y los bajos Luis López y Luis Alberto Moreno hicieron ayer un trato con 900 escolares.

Ellos, componentes del grupo de cámara Narval, les ofrecían el concierto más divertido y didáctico de su repertorio a cambio de que la multitudinaria concurrencia guardara silencio y prestara atención a sus explicaciones.

En torno a este pacto de caballeros se celebró ayer por la mañana en la iglesia parroquial de Colmenar Viejo un concierto didáctico para 900 escolares de entre ocho y 15 años de esta localidad, y de las de Tres Cantos, Manzanares el Real y Bustarviejo. Se trataba de llevar a la práctica la teoría que 17 profesores de música de estos municipios han inculcado a sus alumnos en sus respectivos centros escolares, y que desde el mes de enero preparaban en el seminario Vamos al concierto, organizado por Centro de Profesores y Recursos (CPR) de Colmenar.

"En los pueblos siempre hay inconvenientes para llevar a los críos a los conciertos y para que aprecien, aprendan y disfruten directamente de la música. Así que se me ocurrió la idea de acercar los intérpretes a los alumnos, y no al contrario, como normalmente ocurre", explica la asesora de arte y música del CPR, Toñi Bris.

El objetivo último de esta experiencia consiste en enseñar a los escolares a entender e interpretar cualquier tipo de música que escuchen, desde la antigua hasta la música pop o el rock. Y ayer, las voces del grupo Narval se lo pusieron fácil. Para ello, eligieron un repertorio con melodías desde renacentistas hasta contemporáneas, desde Il ballerino, de Giovanni G. Gastoldi, hasta versiones del Hijo de la luna, de Mecano, o el Yésterday, de los Beatles. Antes de cada pieza, Leticia Álvarez explicaba al joven auditorio qué iban a escuchar y cómo iba a ser interpretada, el color -las diferentes asociaciones de las voces- y las formas de la música.

Por ejemplo: el Contraponto bestiale alla mente, de Adriano Banchieri, en tres partes para que se pudiera apreciar cómo dos de ellas eran homófonas, todas las voces al unísono; la tradicional canción española La tarara con un canon, es decir, las ocho voces cantando la misma melodía, pero escalonadamente; la Ensalada italiana, de Richard Genée, como una ópera, para que apreciaran las voces en piano, suave, o forte, fuerte, y a ritmo rápido o lento, o El hijo de la luna, de Mecano, para que notaran el ritmo ternario de la pieza, algo poco usual en la música pop.

El pacto de caballeros inicial se cumplió. Los chavales disfrutaron de lo lindo -sobre todo con la interpretación de las canciones que más le sonaban, como la de Mecano o el Rock around the clock, de M. C. Freedman y J. Knight- y los componentes del grupo agradecieron el silencio del respetable brindándoles un bis: La cucaracha.

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